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Luc Mehl. VÍDEO de su Travesía de Islandia. Awesome!

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Y curiosamente, una semana después de ver en imágenes con sus crónicas, la travesía de Islandia de Luc Mehl, en estas páginas, él y sus amigos nos regalan la edición del vídeo de la misma.

Fotograma del vídeo de Luc Mehl de su travesía de Islandia
El vídeo nos muestra muchas de las partes importantes de una travesía de Islandia: nieve, frío, aguas fuertes y bravas, viento, cenizas volcánicas...
Nos muestra también el esfuerzo con que se debe afrontar una expedición de ese tipo y el disfrute extraño y asombroso con el que terminas un proyecto así.
Los problemas resueltos sobre la marcha, las eficaces soluciones que se suelen buscar en el camino y que son rápidas y "sirven", para poder seguir.

No hay mucho más que decir, tan sólo pasen y vean...

Iceland Traverse by Ski and Packraft from Luc Mehl on Vimeo.




Un saludo a todos.
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VÍDEO de PLANETAPACKRAFT: CROSSING ICELAND

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Para acabar con la temporada de Islandia, tras la gran ruta de Luc Mehl (Julio 2015), el vídeo y crónica de Alastair Humphreys (hace tiempo ya, en el 2010), la crónica de Hilo Moreno de nuestra ruta (Junio 2015) y la de Willen Vandoorne, en el 2014, una de las muchas de las que nos nutrimos para formar en la mente la idea de cómo hacer y qué hacer en Islandia, vamos a postear el vídeo que editamos desde PlanetaPackraft del viaje que realizamos. Éste se filmó con una GoPro únicamente (Black 3+) y sin ayuda de trípodes, y ha sido invitado a formar parte del International Film Festival FilmAT - Film, Art & Tourism Festival de Polonia para su edición del año que viene. 


Navegando. Foto Hilo Moreno
Seguro que éste otoño e invierno se formarán en la mente de muchos viajeros del mundo rutas y desafíos que hacer en esa isla tan especial en primavera y verano del 2016. Es un perfecto caldo de cultivo para recrear las bellezas y las aventuras de un pequeño continente, por lo que estamos seguros que el año que viene escribiremos sobre algo proyectado ahora y realizado entonces.

Tan sólo nos gustaría que todo el que fuera siga la máxima absoluta que merecen todos los lugares naturales o no del planeta: "leave no trace".

Espero que les guste.

Crossing Iceland, South to North. Hiking & Packrafting. from EduMB on Vimeo.



Un saludo.


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"PACKRAFTAGONIA 2015". JOSÉ MIJARES, PABLO BESSER.

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Uno de los fotogramas del vídeo de Pablo Besser en Vimeo

Cambiamos de zona geográfica, de personas implicadas pero no de cantidad de kilómetros: 400.
Pero... en PATAGONIA.

Tenemos muy pocas entradas que tengan como destino este absolutamente alucinante lugar.
Y mientras esperamos la crónica de nuestro gran colaborador y amigo José Mijares, presentamos el vídeo de su viaje, editado por su compañero en la ruta Pablo Besser, una muestra de fotografías que no tiene igual. 

EXPEDICION PACKRAFTAGONIA 2015. from Pablo Besser on Vimeo.




Presentación del vídeo Youtube, de Pablo Besser, "PACKRAFTAGONIA" con José Mijares.



-" Durante 30 dias, en octubre del 2015, Jose Mijares de España y Pablo Besser de Chile cruzaron 400 kilometros de vias fluviales, rios, lagos y fiordos para cubrir desde el Rio Exploradores hasta Caleta Tortel, en la region de Aysen, Patagonia, Chile. 
Durante 30 dias, no se vio ningun ser humano".

La ruta seguida fue:
rio Exploradores
subida por Rio Sur
Laguna Sur
luego lago Reichert
bajada via Laguna Hualas
rio Hualas hasta bahia Gualas o Hualas
Seno Elefante hasta rio Tempanos
Laguna San Rafael
itsmo de Ofqui
via Rio Negro
rio San Tadeo
Playa San Quintin
abra Kelly
subida por Rio Andree, 
luego cruzada hasta lago Benito
bajada por Rio Benito hasta el mar
Fiordo San Julian
paso de montaña, aca se modifico la ruta, que inicialmente queriamos pasar al inexplorado lago Alejandro y de ahi al glaciar Steffen, pero la dificultad de avance del bosque mas la incertidumbre de poder salir por Steffen, nos hizo pasar a otra ruta via mas larga en el fiordo Pulpo
brazo noroeste Fiordo Pulpo
seno Pulpo
luego brazo sur Fiordo pulpo
de ahí se efectuó otro paso de montaña, corto pero complejo hasta llegar al canal Martinez
de ahí se navegó hasta el puerto merino Jarpa donde una lancha en una hora y media nos llevó hasta nuestro destino final, Caleta Tortel.



Dificil de describir este fotograma, sino con las palabras: perfección y belleza.

Esperamos con ansia esa crónica. 
Enhorabuena, enhorabuena, y enhorabuena!! Gracias por compartirlo con nosotros chicos!




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Crónica PACKRAFTAGONIA. Pablo Besser y José Mijares

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No se ha hecho esperar, tenemos ya la crónica de José Mijares y Pablo Besser, de su travesía Packraftagonia 2015, de la mano de Barrabes.com en la que han publicado texto y fotografías.

“Han sido 30 días. En ellos recorrimos 400km, desde Río Exploradores hasta Caleta Tortel. Hemos remontado 7 ríos, cruzado 6 lagos, atravesado 5 valles y 2 pasos de montaña, y remado a través de 6 fiordos. Y en todo este tiempo, no hemos visto a ningún ser humano. Por contra, nos han acompañado las focas, las ballenas, los pingüinos".

No vamos a decir nada. Tan sólo que disfrutarán del relato.


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Con los packrafts durante la travesía
El chileno Pablo Besser y el palentino José Mijares son viejos conocidos de los lectores de www.barrabes.com, y necesitan poca presentación. Tampoco es la primera vez que se juntan en una actividad: hace unos años intentaron, también en el Campo de Hielo Norte, el San Valentín, pero fueron rechazados por el indómito clima patagónico.

Acaban de volver de una extraordinaria travesía rodeando el Campo de Hielo Norte, en la Patagonia chilena. Han estado 30 días cruzando lagos, ríos, mar y montañas, en completa autonomía, y sin ver a ningún otro ser humano.
Pablo Besser/José Mijares
José Mijares y Pablo Besser, durante la travesía recién finalizada
“Han sido 30 días. En ellos recorrimos 400km, desde Río Exploradores hasta Caleta Tortel. Hemos remontado 7 ríos, cruzado 6 lagos, atravesado 5 valles y 2 pasos de montaña, y remado a través de 6 fiordos. Y en todo este tiempo, no hemos visto a ningún ser humano. Por contra, nos han acompañado las focas, las ballenas, los pingüinos".
Pablo Besser/José Mijares
La mayoría de la travesía transcurre por lugares apenas visitados. No hemos sido los primeros en ningún lugar (excepto en el desvio para intentar acceder al Glaciar Steffen) pero, en unos cuantos de los sitios por los que hemos transitado, se podrán contar con los dedos de una mano los que hayan estado con anterioridad.

El packraft permite este tipo de travesías, que hasta ahora no podían plantearse por cuestiones logísticas.”


Son las palabras de José, nada más aterrizar en su hogar de Cabo Norte, cruzando el planeta de uno a otro extremo.

Packraft

Desde hace pocos años, un nuevo elemento ha aparecido para ayudar en sus exploraciones a los amantes de los grandes espacios en zonas remotas como Alaska, Laponia, Patagonia, etc: el Packraft.

Se trata de unas barcas hinchables ultraligeras, de apenas 2 kilos de peso, pero que una vez hinchadas son ultrarresistentes, y permiten hasta descender rápidos de cierta dificultad. Se llevan en la mochila, y al llegar a la parte acuática del mundo, permiten cruzarla con facilidad.

Las posibilidades que estos botes ofrecen para los amantes del wilderness, que se internan en zonas remotas, no humanizadas, sin caminos ni sendas, y con una compleja geografía, son enormes.

Tanto, que travesías como la que acaban de realizar Pablo y José, y de la que hace apenas una semana que han retornado, no serían posibles sin este invento.

Cursos de José Mijares. Técnicas invernales, fotografía, wilderness

En el tiempo libre que le dejan sus obligaciones y expediciones, José organiza algunos cursos. (Técnicas polares, árticas, fotografía de auroras boreales, wilderness -con una travesía de 140 kilómetros, viajando ligero, aprendiendo las formas óptimas de llevar el equipo, qué usar, cómo vestirse, cómo y qué cocinar en la naturaleza, cómo acampar, orientación, etc, incluyendo dos días de descenso de un río con los packrafts hasta el mar.)

Es una excelente iniciación para aquellas y aquellos que quieran dar el paso hacia la autosuficiencia y la autonomía en el wilderness tanto fuera del invierno como en el ártico invernal. En su página web podeís consultar los cursos previstos en la Norwegian Polar Academy.

http://www.josemijares.com/es/cursos/

Nos comenta José que el próximo día 12 de diciembre, aprovechando una visita a España, realizará una charla-proyección sobre esta travesía en Pangea Madrid, http://www.pangea.es/

30 DÍAS EN EL CAMPO DE HIELO NORTE

Por José Mijares
Fotografía: Pablo Besser y José Mijares


Pablo Besser y yo conocemos a fondo el Campo de Hielo. En el caso de Pablo, además de haberlo cruzado en todos los sentidos, ha realizado expediciones invernales, primeras a cimas en su interior. En mi caso, lo he cruzado en varias ocasiones, tanto este-oeste como norte-sur. Habré estado casi 90 días de mi vida en él. No es la primera vez que nos internamos juntos en él; hace unos años intentamos el San Valentín.

Hasta ahora, los recorridos por la zona estaban mediatizados por el terreno: mar, lagos, ríos, bosques, glaciares, montañas...un verdadero y mágico laberinto natural sin prácticamente civilización. Podías decidir navegar por la costa. O internarte con el material de alpinismo por los glaciares. O intentar alguna travesía por el bosque (algo dificilísimo. En la mayoría de ocasiones, el principal problema de las expediciones es el acceso al Campo de Hielo). Pero la complejidad geográfica impedía realizar grandes recorridos mixtos.

Y digo hasta ahora porque con la aparición del Packraft, han nacido infinitas posibilidades de recorrer el wilderness. Y a Pablo y a mí nos pareció que este pequeño y asombroso bote hinchable era el elemento que nos faltaba para poder combinar una gran travesía por la costa del Campo de Hielo a través de toda su complejidad.
Pablo Besser/José Mijares
Durante la travesía
Navegar por mar, cruzar un lago, o remontar un río...esto es posible con un kayak, o con otras embarcaciones. Cruzar un bosque, un collado, una montaña...esto es posible a pie. Pero con un Packraft, todo esto puede combinarse.

Y Patagonia ha resultado ser el terreno de juego perfecto para nuestros botes. Y nuestros sueños.
Pablo Besser/José Mijares
Paisaje durante la travesía
Pablo Besser/José Mijares
La logística, o nuestra especial percepción del estilo ligero

Hemos estado 30 días en completa autonomía y autosuficiencia. Así que tuvimos que ir muy cargados.

En una travesía así, estilo ligero significa que llevas muchas cosas que pesan muy poco...pero que en conjunto suman. Cargábamos 45 kilos cada uno, más o menos. Es un sitio frío, muy húmedo, hay que llevar ropa y sacos buenos, comida para un mes, el packraft...todo suma. Es cierto que una travesía así puede hacerse porque existen las tiendas ultraligeras, la ropa ligera, todo minimalista (si no, sería imposible, el peso se dispararía)...pero al final, vas cargado como una mula.
Pablo Besser/José Mijares
Por el peso, nos vimos obligados a renunciar a llevar material de alpinismo. Lo que alargó la travesía: como puede verse en el mapa, entramos por un valle inexplorado, por el que pretendíamos subir al Glaciar Steffen, pero vimos que sin material no era posible; así que regresamos y continuamos hasta nuestro destino dando un gran rodeo.
Pablo Besser/José Mijares
Para orientarnos, nos servimos de las fotos satelitales que nos proporcionó el chileno Camilo Rada (NR: también viejo conocido de los lectores de Barrabes. Hemos publicado unas cuantas noticias y reportajes suyos, tanto en la web como en nuestra revista de papel Cuadernos Técnicos. Alguna de estas actividades han sido realizadas en compañía de Pablo Besser.

http://www.barrabes.com/actualidad/noticias/2-5512/primeras-campo-hielo-norteinvernal.html
http://www.barrabes.com/actualidad/reportajes/2-8801/monte-sarmiento-torre-hielo-mares.html
http://www.barrabes.com/actualidad/noticias/2-9196/1-ascension-historica-volcan-aguilera.html
http://www.barrabes.com/actualidad/noticias/2-9553/1-ascension-monte-malaspina-3776m.html

Camilo es destacado investigador de la Universidad canadiense, país en el que reside, con trabajos sobre glaciología y geografía mundial)
Pablo Besser/José Mijares
La travesía

Fueron 30 días. En ellos recorrimos 400km, desde Río Exploradores hasta Caleta Tortel. Remontamos 7 ríos, cruzamos 6 lagos, atravesamos 5 valles y 2 pasos de montaña, y remamos a través de 6 fiordos. Y en todo este tiempo, no vimos a ningún ser humano. Por contra, nos acompañaron las focas, las ballenas, los pingüinos.
Pablo Besser/José Mijares
Remando en el fiordo
La mayoría de la travesía transcurre por lugares apenas visitados. No hemos sido los primeros en ningún lugar (excepto en el desvio para intentar acceder al Glaciar Steffen) pero, en algunos de los sitios por los que hemos transitado, se podrán contar con los dedos de una mano los que hayan estado con anterioridad.

El lugar más conocido de la ruta es la Laguna de San Rafael, porque hasta allí navegan los catamaranes turísticos. De hecho, nuestro único contacto con el exterior fue en la Laguna, cuando en la lejanía vislumbramos uno de estos barcos.

De la Laguna de San Rafael parte la ruta del Istmo de Ofqui. Es un lugar con una curiosa historia. Ya los antiguos habitantes indígenas de la Patagonia conocían este paso (hay restos arqueológicos que nosotros no vimos). A principio del siglo XX se ideó un quimérico proyecto para abrir un canal navegable a través del Istmo, para conectar Magallanes con el territorio continental de Chile. Pero fue eso: una quimera.
Pablo Besser/José Mijares
Pablo Besser/José Mijares
Pablo Besser y José Mijares
Ha habido momentos únicos. Algunos son evidentes, y pueden verse en las fotos: navegar entre focas, ballenas, por esos fiordos y lagos, la naturaleza salvaje, los glaciares, 30 días incomunicados por tierra virgen....un viaje precioso.

Otros más sutiles. Como cuando salimos al mar y, de repente, nos encontramos con una playa salvaje de 25km. Esta playa nos trajo algún problema: tuvimos que trasladar el material a través de ella en 3 viajes, por lo que recorrimos 75km para cruzarla.
Pablo Besser/José Mijares
Pablo Besser/José Mijares
Por lo demás, los mayores problemas de la travesía nos los han proporcionado los bosques.

Los bosques patagónicos

En Patagonia, lo primero que hicieron los colonos al llegar fue quemar algunas zonas de bosques, porque son intransitables. Pero por donde nosotros hemos pasado, el hombre no ha afectado a la naturaleza. Nos encontramos con unos bosques primigenios, antiguos, prácticamente infranqueables.
Pablo Besser/José Mijares
Para que se entienda cómo son: nos permitían transitar a una media de 300m por hora. En un día de mucho esfuerzo y muchas horas, conseguíamos recorrer 5km. Nos ocurrió que para superar menos de 10km entre dos lugares acuáticos, nos vimos obligados a hacer noche en mitad del bosque.

No sólo es que sean infranqueables, es que ni tan siquiera te permiten pisar el suelo. La humedad tira los árboles, y estos forman una capa de medio metro de espesor en el suelo de los mismos, y hay que transitar por encima de ella, no por el suelo. Además, no son bosques planos; en muchas ocasiones tienen un fuerte desnivel.
Pablo Besser y José Mijares
Sería impensable pensar en cruzarlos cargando con un kayak. Por eso (y por muchas cosas más), el packraft permite este tipo de travesías, que hasta ahora no podían plantearse por cuestiones logísticas.

El Packraft

Cuando descubrí el Packraft, a través de mi amigo Hilo Moreno, me sentí fascinado por las posibilidades que se abrieron en mi mente, que desde hace décadas siempre está atareada ideando algún tipo de incursión en el wilderness, en las zonas polares, o en cualquier cordillera del planeta.

Empecé a usarlo en travesías por mi tierra de adopción, Laponia. Tras las primeras rutas, descubrí que las grandes posibilidades que siempre me había ofrecido el territorio se convertían en infinitas. De una forma natural, se unía la parte terrestre y acuática del mismo con gran facilidad.

Esta gran travesía, realizada junto a Pablo Besser, ha sido la culminación de un camino que comencé hace pocos años, al descubrir el Packraft. Muchas barreras han caído, los viejos caminos ya son historia.

Una nueva senda, en la que intuyo múltiples nuevas posibilidades para realizar viejos sueños, se abre ante mi.


Gracias a Pablo y José por llevarnos allí.
Saludos a todos.
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Jesús García Juanes. "I+D ESPAÑOLA". PATINETES, CARROS, PACKRAFTS y otras hierbas.

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Año: 2016.
Mes: Marzo
Estado: volvemos a escribir para aportar nuestra visión de viajes, actividades y evoluciones sobre el mundo del packraft, nuestros viajes y los de los amigos y colaboradores.

Primer Post:

INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO Made in Spain: más allá del Packraft.

Jesús García Juanes, aventurero, investigador y sobre todo, desarrollador de ideas hacia-para-por el deporte, le conoceremos un poco si miramos en su blog. Aunque hay que tener algo de tiempo debido a su gran capacidad de escritura, divulgativa y expositora, y sobre todo, a su IMAGINACIÓN.
Baste decir que su blog lo llama RETOS JUANES.

Jesús García Juanes en su reto Anfibio invernal Porma-Riaño

Si expongo cada uno de los retos que me llaman la atención de RetosJuanes, podría llenar una página entera.

Me llaman mucho la atención
  • los retos de actividades en ayunas (503 km en ayunas, 406 km en ayunas)
  • los "Reto" con número limitante como el Reto 5 (en los que el número 5 determina todo: 5 cumbres, 5 ríos, 5 cosas para llevar, 5 días y 5 horas)
  • los retos anfibios por esas tierras de Galicia "Transgalaica Anfibia" (rutas en bicicleta o corriendo-trotando con embarcación inflable (kayak o packraft) en monocarro tirando de él o arrastrándolo), de cientos de kilómetros en pocas horas-días.
  • Travesías Transpirenaicas (lleva 3 y 2 han sido sin asistencia, en total autonomía, incluso en Patinete)
  • retos de gran envergadura en autonomía, como sus 3.050 km en bicicleta sin asistencia
  • su Ruta del Ebro en patinete (1.300 km)
Resultado de esta intensa actividad tenemos numerosos testigos en medios de comunicación y redes sociales, además de en su prolífico blog, del que me he suscrito, porque no me quiero perder nada que salga de la mente de Jesús y que recomiendo a todos los de mente "inquieta" como me consta son los lectores de planetapackraft.

Los numerosos "dispositivos de movimiento" que ha desarrollado para sus actividades nos dan idea del compromiso de Jesús con sus retos y el grado de implicación con la innovación.
Su patinete, sus numerosos monocarros, sus bicicletas y por otro lado sus estudios sobre el gasto energético en actividades sin aporte de agua ni comida, además de sus innumerables pruebas empíricas sobre el terreno, me hacen pensar en que Jesús piensa realizar pruebas para una travesía mayor y de más envergadura que las que publica en su web. Pero eso será otra historia, si la hay, y si no, disfrutaremos de lo que vaya consiguiendo y de lo que estaremos ávidos de saber.

Bicicleta antes de los 3.050 km sin repostar agua ni comida. Entrevista en televisión (youtube) aquí.
Carro monorueda para la "Transgalaica Anfibia" en kayak inflable.
Patinete con el que ha recorrido la Ruta del Ebro (1330km) y la Transpirenaica.
Dispositivo para correr con poco peso y su primer packraft, de la marca Nortik de Faltboot.de.
Los remos son los manillares.
En el terreno del packraft, también ha implementado algunas innovaciones de cara a su transporte, a la navegación y al hecho de utilizarlo en sus "retos".

Lo primero que realizó con su packraft Nortik Trekraft lo presenta en este vídeo Anfibia Rías Baixas (Enero 2016) subido a Flipagram, que podemos ver a continuación.




Como no podía ser menos,  así como la evolución en cuanto al sistema de navegación, su antiguo kayak inflable, ha dado paso a un Trekraft de Nortik, también su antiguo carro monorueda (con permiso de la bici y del patinete) ha dado un vuelco a la ligereza y ha sufrido modificaciones como las que vemos en el vídeo siguiente, en el que para correr mejor, ha implementado un cinturón lumbar a su primer dispositivo de transporte y así poder llevar el conjunto y tener los brazos libres para correr mejor. No creen que es genial??



1: Vídeo "Nortik Trekraft": Jesús corre con un carro monorueda simple en el que llevar poco peso y algo en la espalda. Necesita un brazo para poder sujetar el carro y la distribución del peso en la rueda es tan importante como el peso que llevará a la espalda para no sufrir desequilibrios. En una actividad reciente, no anfibia, ha realizado 280 km en 51 horas (que nos da una idea de la capacidad física de Jesús), por lo que con este sistema podrá realizar trayectos más cortos pero con esperados buenos resultados según el autor.

Y es que, una máxima que comenta, es que los viajes anfibios no deben ser lentos. Hoy día no tenemos tiempo, cada vez menos; de esta forma que él desarrolla, podremos hacer una suerte de DUATHLON, en pocas horas y con el máximo disfrute.




2: Vídeo Corriendo con...: Nuevo paso: La evolución del carro con cinturón lumbar le facilita la marcha y la posibilidad de recorrer más kilómetros en mejor disposición y con algo más de peso. Así que la siguiente etapa será probar, sobre una actividad, las mejoras resueltas.

Dispositivo monorueda adaptado a grandes distancias con cinturón lumbar. "Made in Spain"

Mientras, también implementa un sistema de mejora de la navegación en el caso del Nortik, que tiene menos navegabilidad que los kayaks que antes utilizaba y que, como packraft, menos forma aquillada que otros (como el Alpackaraft, aunque habría que comparar sus datos). Nos muestra sus pruebas sobre la embarcación y su disposición en la misma:

Dispositivo de navegación estable (orza) ideado por Jesús, para evitar la deriva lateral. 

Otra de las cosas que "deben" evolucionar es el sistema de seguridad. El chaleco también ha sido desarrollado mezclando elementos diversos, tal y como podemos apreciar en la evolución de la "mochila-chaleco".
En su interior llevará dos CamelBacks llenos de aire. El cojín hinchable negro de la imagen es el aisiento del packraft y lo podremos unir a la mochila en caso de pinchazo del mismo o en cualquier otra situación de emergencia (entiéndase en aguas tranquilas, no en aguas bravas, ni descenso de ríos).

De todas estas pruebas y trasteos en el taller y en el agua, nace el

PRIMER CAMINO DE INVIERNO ANFIBIO con pakraft
175 km, 2 días.
y que gustosos, presentamos a continuación: 



Está claro que Jesús García Juanes no es un senderista, ni un runner, ni un packrafter, ni un kayackista normal. Es un "facilitador" de todos aquellos "enlaces" que puedan mejorar y reformar muchas especialidades. Por ello le doy gracias, porque al idear esas "evoluciones" se mantienen vivas y creciendo, al compartirlas nos enriquecemos, esas ideas prosperarán en otras mentes y sobre todo, nos muestran a todos que no está todo dado por marcas establecidas. Aquí cabe todo y el MYOG (Make your own gear: haz tu propio equipo) puede darse muy cerca nuestro.


Seguiremos informando de nuevos retos que Jesús nos haga llegar. No nos lo perderíamos por nada del mundo. NO?



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Un saludo a todos











Charlie Tokeley. Un packraft solitario en la Patagonia Chilena

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   Sé que muchos de nuestros lectores son amantes de los grandes relatos y también sé que cualquier pequeña aventura puede dar lugar a una historia épica en la que se recrea el escritor y el lector.
Ésta no es una aventura pequeña, pero sí de las segundas, una historia épica de las que tan sólo unos pocos pueden relatar.

   Charlie Tokeley me contactó hace un tiempo para compartir su experiencia en nuestra web y en cuanto ví lo que me ofrecía, no tuve tiempo de pensar, tan sólo la idea de decir que "¡estaba encantado!", me vino a la mente.
Enseguida me puse a buscar en su blog las fotos que decía que podría observar si pinchaba el link que me enviaba y pude contemplar por vez primera un par de lugares "inéditos" hasta hoy día (del Campo de Hielo Norte) y un sinfín de "puertas..." abiertas a mi curiosidad y a mi packraft, mejor dicho... a nuestros packrafts.
Encuentros con "toninas", lobos, zorros o ballenas, la presencia de wilderness en estado puro y el silencio rasgado del agua bajo el packraft, es lo que nos ofrece en su relato.
Escribe con el corazón, y con la mente.

Lo nuevo: el packraft. Lo viejo: Patagonia. Lo épico: 26 días sólo en la región de Aysén.
Su edad: 23 años.

Charlie Tokeley en el Glaciar Andrés. Patagonia. Foto original aquí.

Charlie Tokeley. Región del Aysén (Patagonia Chilena) Enero-Febrero 2016

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   -"Témpanos pastaban en la laguna como reses, ocasionalmente deshaciéndose en un caos de ruido. Al otro lado de la laguna el icónico glaciar San Rafael se agachaba para degustar las aguas saladas del Pacífico continental. Yo, una figura pequeña en un paisaje de inmensidades, me sentaba en una soledad callada frente a mi diminutiva carpa amarilla montada entre las nalcas (Gunnera tinctoria). Era la primera noche de la expedición, y unas horas antes había visto desaparecer las últimas personas que vería hasta 24 días y 220 kilómetros después. Adentrándome en un oasis salvaje de la Patagonia occidental, mi aventura me llevaría a lugares nunca antes explorados; a ver animales extraordinarios y desde muy cerca; y a vivir un tipo de soledad difícil de encontrar en un mundo cada vez más superpoblado.


Rio Negro y Glaciar San Quintin, Ofqui. 


   Mi aventura, sin embargo, ya había empezado hace tiempo. Dado mi deseo de ir solo y mi relativa inexperiencia en expediciones largas debido a mis 23 años de vida, los numerosos permisos requeridos para emprender una expedición en una región infame por su mal clima e imprevisibilidad me habían demorado varios meses -en una ocasión, hasta me habían rechazado. Me obsesioné por la zona, investigando detalladamente las notas de las escasas expediciones anteriores y dibujando decenas de rutas en Google Earth. Recuerdo varias ocasiones en que salí con amigos por la noche y pedí un agua de la llave en vez de una cerveza, para luego depositar los pocos pesos que había ahorrado en una alcancía que llevaba la etiqueta ‘Ahorros: Laguna San Rafael’. Sin patrocinador, sin ninguna persona aparte de mí que me motivara, mi viaje de soledad ya llevaba casi tres años cuando primero pisé las orillas boscosas de la Laguna San Rafael el 25 enero de 2016. Mientras la lancha se alejaba de mí, el ruido del motor disolviéndose en el viento, sentí un profundo sentido de tranquilidad. Toda la organización, toda la planificación y toda la burocracia estaba por detrás - ahora me quedaba el puro deber de disfrutar de un lugar único en el mundo.

EL ISTMO DE OFQUI
   Cruzando el Istmo de Ofqui, una vena ancha de pantano y bosque patagónico que agarra por el pie la arbolada y casi desconocida Península Taitao al continente americano, empecé a apreciar la amplia variedad de vida silvestre que habita la zona. Tenía que pisar con mucho cuidado para no aplastar a los sapos que brotaban de cada charco y hoyo barroso. 


Sapo Manchado
   


   Unos rayados de negro y amarillo (conocido como el ‘sapo manchado’) se destacaban por su belleza, aunque sería una mentira decir que, habiendo visto ya un montón de ellos, les hiciera mucho caso cuando pasé por el mismo canal en el último día de la expedición.





La multitud de aves se hizo aparente, también. Martín pescadores; picaflores; cisnes de cuello negro; carpinteros magallánicos; garzas; jotes, etc. Recuerdo en un momento preguntarme si jamás había pasado un momento en que no pudiera haber avistado a un ave con tal solo alzar los ojos y buscar.

Glaciar San Quintin desde la Playa San Quintin, Ofqui.

   Mientras iba acercándome a la Playa San Quintín –un bellísimo labio de arena que se extiende por 45 kilómetros a lo largo de la boca del Golfo San Esteban– algunos mamíferos hicieron sabido su presencia. Acampé en una playa imprentada con huellas de nutria; un lobo de mar flotaba, flojo, en el Seno Expedición; y toninas bailaban entre los rompientes de la playa. Caminando por la playa vi una sombra enorme desaparecer en el horizonte y, unos diez minutos más tarde, se mostró nuevamente en forma del arco lento y elegante de una ballena sei (Balaenoptera borealis) –mientras, los huesos jurásicos de una cantidad de sus ancestros se encontraban botados por lo largo de la playa.


Bahía Kelly
Cruzando la Bahía Kelly
   Estuve consciente de que la parte más impresionante de mi viaje estaba por venir. Al cruzar la Bahía Kelly y adentrarme en los bosques del continente, me estaría uniendo a una lista privilegiada de personas que habían puesto pie en la región.
   Después de un breve, aunque duro e inesperado tramo por el bosque, inflé el packraft sobre las arenas pálidas de la Punta Blanca. Lanzándome a las aguas azules de la Bahía Kelly, pude apreciar el panorama espectacular de las montañas que brotaban del Campo de Hielo Norte. A la distancia, picos blancos y puntiagudos cantaban serenatas a los cielos; más cerca, cerros empinados y boscosos se jactaban de sus bibliotecas de verdes y negros, bajando hasta la hila azucarada de playa al otro lado de la bahía. Saltando al lado del packraft, un grupo de cinco toninas (Tursiops truncatus) me acompañó durante uno de los tramos más espectaculares de la primera semana.

AL GLACIAR ANDRES
   La subida del Rio Andrés era inexplicablemente dura. Durante dos días luché con todo mi esfuerzo para llegar al lago donde se originaba, sobre el cual reina el glaciar Andrés. Al bosque patagónico le parece faltar una sola ramita para ser impenetrable. Llevaba un machete en la mochila, pero solo en una ocasión (para abrir un paquete de parmesano cuando no encontré mi cortaplumas) lo usé; sencillamente, habían demasiadas ramas para cortar. En cambio, avancé a medio kilómetro por hora, cayéndome hacia adelante para intentarme parar un medio metro más allá. El único momento de placer en ese tramo de sufrimiento inexplicable era el espectáculo de una foca cazando un salmón gigante; era como un show privado mientras subía y bajaba con su captura en la boca, golpeándolo furiosamente contra la superficie del río.

Confluencia. Subiendo el Rio Andres

Campamento glaciar de San Andrés  
   Pese a haber avistado los glaciares San Rafael y San Quintín a distancia, el Andrés representó el primer glaciar que al cual me pude acercar. Derrama dramáticamente del campo de hielo, bajando a tocar el lago en varios puntos. Durante mis cinco noches en el glaciar Andrés, hice varias caminatas y viajes cortos en mi packraft para inspeccionar al entorno.
   En uno de estos, decidí caminar un paso bajo de montaña que, según los mapas que tenía, me llevaría a un valle sobre el que no existe ningún dato de información. El paso era duro a causa de los arbustos de ‘chaura’ (Gaultheria mucronata) que crecían densamente hasta llegar a un cañón rocoso. Los croares de las ranas y el zumbar de los tábanos servían como una banda sonora mientras gateaba constantemente por las piedras, echando vistas al hondo cañón de aguas negras abajo. Viendo que la hora ya llegaba a ser tarde, me fijé en un cerrito a la salida del cañón como mi destino final para esa tarde.
   Llegando a la cima de ese cerrito – una dura subida por un bosque ultra denso – mi corazón saltó. Hacia adelante, yacido perpendicular al cañón en el que me encontré, estaba el valle inexplorado. Al fondo, arriba del valle y detrás de unos acantilados empinados de granito, bajaba un glaciar inmenso – el primer glaciar no documentado.

Glaciar Inexplorado

AL INEXPLORADO
   Habiendo avistado al glaciar inexplorado, no podía dejar el lugar sin acercarme a él. Un par de días después – habiéndome recuperado de la dura caminata por el cañón – retomé la ruta con mi mochila entera. Encontré una ruta menos arbustiva para llegar al cañón, después eligiendo inflar el packraft y flotar por sus aguas sin corriente hasta el valle inexplorado.


   Unas siete horas después de haber partido del Andrés, había hecho un campamento en la orilla de una laguna azul que encabezaba el valle. Un río poco caudaloso descendía de un cañón arriba – se suponía que provenía del glaciar. Pese a haber llegado ahí, en todo el día no había visto el glaciar, que se escondía misteriosamente al otro lado del cañón.
   
   Con sol perfecto el día siguiente, partí temprano a explorar. Pasando el cañón sin complicaciones, llegué a un lago de belleza incomparable donde bajaba el tumulto gigante de hielo glacial al fondo. Acercándome a él por el costado del lago, casi no podía creer la magnitud y la belleza del glaciar. Al parecer, yo era la primera persona para poder apreciarlo desde cerca – una idea que me parecía injusto para este asombroso titán.
   Subiendo la montaña baja al lado sur del glaciar, tuve una vista infinita del campo de hielo norte. Desenredándose durante 30km hasta el intocado Cordón Aysén, era un desierto de hielo rodeado de montañas sin nombres.


Lago del G.I.1, laguna donde acampó, y al fondo Glaciar Andrés.


Rio arriba hacia el Glaciar Frankel
Campo de hielo Norte
   Al otro lado de la montaña esperaba otro glaciar. El glaciar había sido visto desde el otro lado por los expedicionarios de una investigación científica hace unos años, pero la mayor parte de su entorno y sus características permanecían desconocidos. Pasé la tarde entera recorriendo sus acantilados, gozando del buen clima para fotografiarlo. Lo que más destacaba de este glaciar era la desaparición del lago que una vez antes – según las fotos satelitales – había en frente. Descubrí que, ahora, se ha secado casi entero y ha dejado una cuenca grisácea donde unos témpanos se sientan aislados del glaciar principal.

LA DURA SALIDA
   Habiendo disfrutado tanto de los lugares desconocidos, y con los días pasando rápido, emprendí el día siguiente la vuelta. Me quedó bajar por el valle inexplorado hasta salir al río Andrés, de donde retomaría mis pasos hasta tomar un último desvío al Glaciar San Quintín.
   Bajando por primera vez el río del valle inexplorado, los primeros kilómetros pasaron rápido. El río estaba bajo, y terminé pinchado el asiento de mi packraft en una roca, pero el valle era un espectáculo muy lindo; coigües (Nothofagus dombeyi) crecían con sus troncos negros y retorcidos sobre el río, debajo de acantilados de granito que desaparecían en las nubes arriba.
   Me equivoqué de forma seria cuando el valle empezó a volverse en un cañón. Confiando en mis mapas –que no eran de la escala correcta ni eran muy actualizados– seguí avanzando lentamente hasta, en un momento, me di cuenta de que no podía volver. En un tramo había bajado con la corriente sin pensarlo, y no podía remontar contra ella en el caso de que no tenía salida cañón abajo.
   El cañón se iba volviendo cada más estrecho y, abandonando la idea de remar por los saltos y cascadas que empezaban a ocurrir en el rio, me encontré gateando de nuevo por sobre piedras enormes. Y, finalmente, las piedras enormes terminaron y las pendientes de cañón se volvieron verticales.


Cajón inesperado (cañón) en el valle inexplorado hacia Glaciar de San Quintín.
   Sin otra opción, tuve que subir al bosque arriba del cañón. Nunca en mi vida me he enfrentado con un terreno tan imposible para caminar. El suelo se componía de una red de troncos podridos cubiertos en una capa de musgo que no permitía ver los hoyos entremedios. Un sinnúmero de veces, me caí hasta el pecho entre los troncos, casi sin poder levantarme con mi mochila de 35kg para seguir. Lluvia venía, y sabía que pronto la red de verde se volvería una imposibilidad.

LA LLUVIA Y LA LLEGADA
   Justo en el momento que –nueve horas después de entrar al cañón– avisté al Río Andrés, la lluvia empezó. Era una lluvia que me acompañaría durante 9 de los 11 días restantes de mi viaje. La lluvia se destacó en esta última fase de mi viaje: una noche en el Glaciar Benito, donde amanecí con mis pies mojados por un río que había subido 30cm en la noche; la bajada del Rio Andrés con un triple arcoíris sobre el glaciar que le da su nombre; y, finalmente, cuatro días encerrado en mi carpa frente al Glaciar San Quintín por lluvia y vientos fuertes.
   Aunque disfruté de varios momentos en estos días, empecé a anhelar mucho a la casa y a tener compañía humana. Ya llevaba varios días completamente solo, habiendo visto y experimentado lugares y experiencias que nunca podía haberme imaginado antes de partir. El mal clima me recordó de lo peligroso que puede ser la Patagonia Occidental, y empecé a preocuparme por mi familia y amigos que debían haberse sentido ansiosos por mí seguridad.


Glaciar de San Rafael desde la laguna del mismo nombre.


Mal tiempo y asedio de mosquitos dentro de la tienda de campaña.


Mal tiempo y árboles muertos en la salida del río Blanco.
   En el último día de la expedición, remé y caminé casi 40km bajo un cielo de nubes que parecían buques de guerra. Llegando a la Laguna San Rafael, de donde una lancha me vendría a buscar el siguiente día, me senté en el mismo pedazo de madera que había elegido como mi banco en la primera noche. Hirviendo agua y haciéndome un café, me puse a reflexionar. Había sido una experiencia inexplicablemente dura, y me había prometido muchas veces que nunca me sometería a hacer algo parecido de nuevo; había aprobado una prueba dificilísima y escapado con mi vida completamente intacta, junto a un montón de memorias increíbles, pero sería un loco si volviera a hacerlo de nuevo.

Última noche frente al glaciar de San Rafael.

   Respirando profundo, el pantano cercano olía dulce. Un par de toninas jugueteaban en la bahía. El Glaciar San Rafael, a la distancia, parecía una alfombra blanca por la que mis ojos caminaron. Sonreí; la topografía de mis emociones era un espejo perfecto para esta tierra de extremos. Mirando a mi café, las burbujas pequeñas que se juntaban en la superficie parecieron formar un mapa del mundo.


La luna en la laguna San Rafael, última noche



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Desde PlanetaPackraft le damos las gracias a Charlie por su texto y la enhorabuena por haber recorrido este camino fuera de lo común en las condiciones que nos ha contado: a pie y en packraft, de la única forma que hasta allí se puede llegar según nuestra opinión.

Esperamos poder disfrutar de más relatos de Charlie Tokeley en el futuro y que nos quiera relatar sus pasos tal y como nos ha hecho el honor con este viaje.

Gracias.



El autor en el Glaciar India, inexplorado.



MUNTANIA.com y el primer viaje comercial de PACKRAFT. MADRID

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Hoy estamos de enhorabuena porque vamos a compartir el relato del primer viaje comercial para packrafters de España, de la mano de Marco García, de Muntania Outdoors que ha tenido la valentía de organizar un descenso del río Cabriel en la parte sudeste de la península Ibérica.

Así como en Norteamérica (sobre todo en Alaska) y en la parte Alemana de la vieja Europa, ya se realizan este tipo de relaciones comerciales con el objeto de nuestras aventuras, los packrafts, es raro aún que la comunidad packrafter sea numerosa en los muchos países con tradiciones deportivas similares (montaña o kayakers).

La empresa de Muntania Outdoors tiene su central en Madrid y Marco García es habitual colaborador de PlanetaPackraft desde que descubrió las embarcaciones de mano de Hilo Moreno, redactor y compañero de PlanetaPackraft.
De Marco tenemos un ramillete de publicaciones, muchas veces con vídeo incluído, que dan como resultado un dominio de la zona centro de España.
- Descenso del río Cabriel 
- Descenso del río Sorbe
- Descenso del río Jaramilla
- Descenso del río Jarama (parte superior) y su vídeo
- Otras pruebas sobre el terreno centro

y la colaboración junto a Hilo Moreno en la pequeña 

guía de actividades de la zona central


Nos hacemos eco del post de su blog y transcribimos su articulo, con su permiso.
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El 14 y 15 de Mayo  Muntania Outdoors ha organizado el primer viaje comercial en España con las embarcaciones Packraft.
¿En qué consistía este viaje?
Se plantearon dos días de navegación por el Río Cabriel(Valencia, afluente del Júcar) en autonomía. Esto quiere decir que transportábamos sacos, esterillas, comida, hornillos, ropa… sobre los packrafts.


El río
Dicen del Cabriel que es uno de los ríos mas limpios de Europa y esto se debe a que desde su nacimiento (Teruel) hasta su desembocadura (Valencia) atraviesa muy pocas poblaciones.
¿Qué cómo fue?
Empezaremos por la preparación del viaje.
No tenemos packraft, no tenemos neoprenos, no tenemos nada de nada. Lo primero fue buscar una empresa que nos alquilase dicho material.
Ok.  Material alquilado.
Tenemos material y  tenemos cinco intrépidos aventureros que se atreven hacer de conejillos de indias .
 Viernes 13 (día anterior a la salida).
Los Viernes 13 como sabéis tienen muy mala fama.  Estamos a viernes y no llega el material alquilado. Pasan las  14h, 15, las 16, 17… y por fin a las 18:00, llega UN PAQUETE.  ¿Cabrán aquí todas las piraguas? No, efectivamente.  De las 5 que pedimos llegaron 3.
¿Qué hacemos? Muntania tiene soluciones para todo. A última hora alquilamos 2 piraguas de aguas bravas y viaje solucionado.
Sábado 14
Después de una breve explicación de normas de seguridad nos echamos al agua a gritar del placer que nos producen la sucesión de rápidos continuados que nos vamos encontrando.
Unas 7 horas remando ininterrumpidamente hasta que el río  brinda un hermoso lugar para preparar el vivac.
Comida de 5 tenedores acompañada de un vino reserva para los paladares mas refinados.
¿Qué más se puede pedir?
Brindando con Jorge (redactor de Oxígeno)
Domingo 15

Nos espera un gran día.
Después de un nutritivo desayuno nos ponemos los neoprenos mojados (esto es una gran experiencia 
Tenemos menos Km de remo que el día anterior pero muchos rápidos que disfrutar.
Y….. como no!!!
Volvieron los gritos, las sonrisas y las risas.
El río estaba increíble. Menuda manera de gozar.
YUHUUUUU!!!!!!
Sin duda será uno de los viajes estrella de Muntania  donde la diversión está garantizada.


Agradecemos especialmente el trabajo realizado por Jorge, redactor de la Revista Oxígeno que nos acompaño durante todo el viaje para hacer un reportaje sobre este.
A Jorge le tocó sufrir llevar una piragua de aguas bravas (no muy estables para el que no tiene costumbre).
Miembros de la expedición (de izquierda a derecha): Virginia, Pedro, Marco, Jorge, Esteban, Carlos

¡Un pedazo de placer disfrutar con vosotros!

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Desde PlanetaPackraft deseamos mucha suerte al equipo de Muntania en esta etapa que se abre en nuestro país y de la que son pioneros.
Y le agradecemos que lo haya compartido con nosotros.




Un saludo!



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Packraft con mayúsculas: José Mijares en la 1ª Semana Internacional Lagunera de Montaña.

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España, desde la primera vez que vió aterrizar un packraft, de manos de Ivan Dominguez, cofundador de PlanetaPackraft y ideólogo del asunto, a crecido en cantidad y calidad, no sólo de número de especímenes navegantes, sino de aventuras realizadas, no sólo por los packrafters locales, sino también por los españoles allende los mares.

Encontramos ya blogs personales y algunos de empresas que apuestan por nuestro método de viaje, de vida, de soñar. "Lleva menos y llega más lejos", o "leave no trace", o "wilderness", no son ajenos ya a mucha gente que hace poco no habían oído hablar de esos términos. 

Y es que, con sólo una mirada a la bibliografía publicada o videoteca presentada o al google mismo, salen listas de artículos, imágenes y vivencias que nos llevan lejos y que nos hacen "vivir" tal y como si nosotros estuviéramos en el lugar.
Está claro que no queremos leer sólo, ni ver lo que otros hacen sin probarlo. Ahí está la línea de comfort que a gusto pasamos de largo. 
Pero cuando José Mijares viene a tu casa, no podemos menos que pararnos, respirar y disfrutar con sus palabras y sus giros de manos o levantamientos de cejas. Con sus ojos muy abiertos te explicará lo que hizo, por qué lo hizo y cómo lo hizo. 
Un lujo.
Con la mirada en lo vivido y sus palabras en un blog del que es protagonista y del que reproducimos con su permiso aquí,
queremos volver a disfrutar.

Gracias José.


José Mijares en una poza tras rapelar en el Macizo de Teno, Tenerife.

Semana internacional lagunera de montaña

Publicado por Jose Mijares  |

Hace unos pocos meses recibí un mail de Juan Diego Amador, conocido alpinista canario, y Edu Muñoz, fundador de Planeta Packraft. Ambos son vecinos de Tenerife y andaban en la titánica tarea de organizar las primeras Jornadas de Montaña y Aventura de la Laguna. Me preguntan en su mail si quiero participar, menuda pregunta!, por supuesto que quiero!! Luego ya pensaré cómo me organizo para estar en Tenerife el 20 de Mayo.

No suelo ofrecer charlas o conferencias, aunque cada año me digo que debería hacerlo, al fin y al cabo tengo cosas que contar y es bonito ir con una proyección o película debajo del brazo. Pero al final nunca lo hago y por éso, si voy a algún lugar a dar una charla es porque me han invitado.

Vivo a unos 6000 km de Tenerife, así que el viaje hasta allí es un poco largo, 3 horas de coche hasta el aeropuerto más cercano, varios vuelos locales e internacionales, etc En Tenerife me estaba esperando a las tantas de la noche Edu, a quien conocía de oídas y por mail. Del aeropuerto a la Laguna Edu me iba explicando vida y milagros de todo cuanto se veía y no veía alrededor. Hotel 4 estrellas en el centro de la Laguna y un programa de actividades para el día siguiente de mucho flipar. Como llegué el 18, la charla era el 20 y yo regresaba el 22, Edu me había preparado una semana de actividades de auténtico lujo. No llevaba ni doce horas en la isla cuando ya estaba viendo la corona forestal del Teide y andábamos subiendo a una montaña llamada Guajara , desde donde teníamos unas vistas privilegiadas del Teide y de Gran canaria. Edu me explicó con detalle todo lo que veíamos alrededor: flores, plantas, coladas de lava, volcanes, bosques y pueblos, todo! Cuando digo todo es todo. Por la noche cenaría con Juan Diego.

Si con Edu fue conexión total, con Diego no fue menos. Cenamos en compañía de un amigo suyo y ,aparte de probar cosas ricas y típicas, -vino local incluido-, hablamos de montañas, aventuras y qué se yo cuántas cosas más. Uno conoce de oídas a personas que practican un mismo estilo de vida y ,al final, se da cuenta que son hermanos que andan desperdigados por el mundo. Estos breves reencuentros sólo sirven para reafirmar; compartir ciertas pasiones le hacen a uno sentirse menos huerfano .Cuando me fui a dormir, los escasos minutos que me mantuve despierto, pensé lo afortunado que era de estar allí.

Al día siguiente Edu me tenía preparado un plan inmejorable: bajar el cañón de Carrizales, remar con packraft hasta el siguiente cañón y subir por Masca. Y al plan se unían Diego e Isidro. Creo que hacia 20 años que no hacia un cañón, me lo pasé realmente bien. Además se parece poco a Guara; todos esos materiales volcánicos, el color oscuro de la roca, las plantas endémicas y lo angosto del cañón, me hicieron disfrutar como un crío. La remada en packraft fué memorable, al lado de los gigantes y con una temperatura que casi no recordaba…qué gozada. Subimos por Masca, que me pareció sencillamente brutal. 

Un salto en un lugar especial. Teno
Con los Acantilados de Los Gigantes a nuestro lado. Tenerife
Barrancos de Tenerife. Masca
La proyección era el viernes y ese día quería aprovecharlo para reencontrarme con un amigo de mi juventud palentina, al que hacia la friolera de 25 años que no veía. Gaspar vino a buscarme y la verdad es que me pareció que acabáramos de separarnos, me llevó a comer carne de cabra a un sitio muy auténtico y lo pasamos estupendo contándonos batallitas. La tarde la dediqué a compras en el Mercadona, poco glamuroso si, pero necesario para volver a casa con algunos caprichos.

Y por fin llegó la hora de dar la charla, menudo ambientón! Durante la semana las charlas las daban alpinistas locales, pero el viernes era mi turno después cerrada el sábado cerraba Alex Txikon y el domingo yo volaba a las 08:00 de la mañana.

José Mijares ante el público que se mantuvo sin aliento toda la charla.
Cima del Teide 3718m. Cumbre más alta de España
Esta mal que lo diga yo, pero la charla gustó mucho. Después nos fuimos a cenar Edu, Diego, mi amigo Gaspar, Alex, Igone y yo, lo pasamos muy bien; Alex e Igone me parecieron una pareja increíble. Hablando con Alex tuve la sensación de estar con un tipo íntegro y comprometido hasta la médula. Un tío sensacional.

Alex e Igone querían subir al Teide al día siguiente pero mi amigo Gaspar me había invitado a dar una vuelta en su velero; pero nos dimos cuenta que podíamos hacerlo todo: ir por la mañana temprano a subir el Teide y pasar la tarde navegando con Gaspar. Y así lo hicimos. Temprano,dejamos el coche y nos desayunamos los 1500 mts de desnivel hasta la cima del Teide; estar allí arriba con Igone, Alex y Diego me pareció un auténtico regalo.
Pero lo bueno llegó después. A toda leche fuimos hasta Puerto Colon y alli nos esperaba puntualmente mi amigo Gaspar que, suponiendo que estaríamos hambrientos, nos sorprendía con unas pizzas y unas cervezas! . Qué buen tio. Asi apuramos la tarde navegando y viendo delfines, ballenas piloto y básicamente pasándolo bien. Después, más carreras hasta la Laguna para llegar a la charla de Alex.

José y Gaspar, reencuentro de amigos
Sin palabras para definir la charla de Alex; lo del Nanga invernal es para extraterrestres. Impresionante. Cena despedida en un restaurante pakistaní de un amigo de Alex, Edu y Diego. Y fin de fiesta Al día siguiente Edu me recogía en el hotel y me llevaba hasta el aeropuerto para mi vuelo de las 08:00. En el avión caí en la cuenta de que no llevaba calcetines y que serian necesarios para la llegada a Oslo, no había tenido ni tiempo de comprarme unos.

Pocas semanas he pasado tan intensas en toda mi vida. Conocer a Edu, Diego, Alex e Igone ha sido realmente una grata sorpresa y reencontrarme con mi amigo Gaspar un regalo.

Si alguien quiere una charla que sepa que estoy abierto a ir a donde haga falta (si el trabajo me lo permite claro) y si me tratan la mitad de bien que en Tenerife…ni te cuento.

"José Mijares".

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Gracias José, por tu presencia y tus viajes.





FINESTRAS. David Casalprim en bikerafting por pueblos abandonados y pantanos. HUESCA, España.

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Nuestro amigo David Casalprim (The Lost Rider) nos envía una de sus "perlas" prepirenaicas, con las que nos hace soñar con actividades asequibles y en entornos cercanos, sin peligros objetivos importantes y con un grado de disfrute muy notable.

Esta vez, en el entorno de La Ribagorza, al sudoeste, y del Montsec (en los alrededores, siendo una de las orillas del pantano de Canelles)en las fronteras de Huesca y Lleida, con pueblos abandonados como aderezos de una ruta clásica entre los caminantes, que puede extenderse al packraft o mejor, al bikerafting.

Este segmento será una de las tres partes que quiere enlazar de un proyecto en bikerafting de gran interés para nosotros, puesto que conectará zonas de interés paisajístico muy importantes del entorno prepirenaico de Huesca-Lleida.


Fotograma del vídeo "Finestres" de David Casalprimque nos muestra al final del artículo.

Finestras.

-"Hace tiempo que le tenía el ojo echado al embalse de Canelles para realizar una ruta con packraft y bicicleta pero los niveles de agua no siempre son los deseados y la ecuación tiempo libre y pantano en condiciones no siempre cuadra.

Dos años atrás, el extremo norte del pantano me sirvió para la primera toma de contacto con el packraft, el estrecho de Montrebei es un lugar ideal para estrenarse. Y más con el objetivo inminente de atacar Groenlandia. 

Pero Canelles aguarda dos joyas más, las murallas de Finestras y las Conclues de Millà, y esta vez ha tocado visitar las murallas de Finentras para seguir recopilando información para en un futuro próximo enlazar las tres zonas más bonitas de Canelles en bici y packraft, o lo que es lo mismo bikerafting.


La zona fronteriza entre la comarca oscense de la Ribagorza y Lleida, la Noguera, nos deja entrever que nos encontramos en parajes que sufrieron una fuerte y rápida despoblación. Apartadas de las grandes vías que comunican con el Pirineo central, los cultivos, los pueblos, caseríos y ermitas  abandonados son un paisaje constante. Pueblos como Finestres, guardado por una muralla de piedra natural o el propio Estall, donde Santiago, de la casa de los Domingo, se resistió a abandonar el pueblo sin luz ni agua durante más de 25 años, personaje único con el que tuve la oportunidad de coincidir durante la ya lejana etapa escaladora.

Finestras, Huesca. Pueblo abandonado del Pirineo. Foto David Casalprim

Una vez en el embarcadero toca hinchar el packraft, sujetar la bici y remar durante 4 km, primero por el acantilado del Tossal de la Quadra, antigua prisión natural donde descolgaban con cuerdas a los malhechores hasta llegar a una repisa en mitad de una pared de un centenar de metros, hoy en día con el embalse podrían escapar a nado, pero en su época poca escapatoria tenían…

Poco a poco vamos divisando la espectacular muralla de Finestras, al igual que en el ciclismo, remando siempre tienes la sensación de ir con el viento en contra, pero al final más tarde o más temprano uno acaba llegando a buen puerto, las rocas de Finestras.


Muralla de estratos verticales de Finestras. Verdadera belleza natural. Foto

Vale la pena amarrar el packraft y visitar el antiguo pueblo de Finestras y la ermita de St. Vicens, las vistas son espectaculares y juguetear entre las afiladas rocas es muy recomendable.

A Finestras llega una pista forestal por donde deberemos salir en bici el día que vengamos a realizar la gran ruta, dirección Estall y Montrebei, pero hoy solo es una toma de contacto con la zona, por eso, después de un buen rato deambulando y flipando con este rincón, toca deshacer el camino, los vientos han cambiado  y vuelven a soplar de cara, se nota que el día va cogiendo temperatura, 4 km más de remo, la transición de kayak a bici, volver a alucinar con la presa y comprobar que el regreso en bici a Estopiñán es más cuesta arriba de lo que parecía en un principio"…

Apunte importante:
Esta ruta se hizo con el nivel del pantano al 83% de su capacidad, ir con un nivel inferior de agua le quita mucho encanto a las Rocas de Finestres o al propio Estrecho de Montrebei.





Vídeo de David Casalprim en Youtube sobre Finestras y Bikerafting


David Casalprim


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Encontraremos más info de la zona en la página web de información turística del Montsec o en blogs de caminantes como Marciana en la Tierra, en páginas web de pueblos perdidos de Huesca y en numerosas citas de la Muralla de Finestras.



Pequeño mapa de la zona. Fuente: despobladosenhuesca.com

Un saludo y pasadlo bien.






Vídeo: Tenerife Canyon-Packraft-Trek Flash. Tres actividades "fun"...tásticas en Tenerife

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Cuando te sientes vivo en la naturaleza, no piensas en el día a día, o quizá... en algún momento de pausa o de actividad tranquila.
La mente se pasea por los acantilados, las paredes, las losas de piedra del camino o el almagre rojo entre capas de lava.

No tiene tiempo material de jugar con otras ideas que no sean la interconexión con el suelo que pisas, con el olor de la tierra o con las mil imágenes por segundo que escudriñan las retinas.
Los cambios de luz entre sombras de las gorgas de agua, o el sonido del agua dándote en el casco.

Podría describir decenas de estímulos que hacen que mi corazón vaya más deprisa o más despacio, según el momento y la cadencia.

Por supuesto hablo de tu escalada o tu barranco, de tu viaje al monte o de tu viaje a la costa. De tu izquierda en tu playa favorita o de tu salida a pasear con la fresca de la tarde. De esos momentos verdaderamente nuestros, propios, que podemos compartir pero que no son compartidos, que podemos contar pero que no son comprendidos.

Cerca de tu casa puedes encontrar lo que no llegaste a ver en otro momento, y en otro destino puedes encontrarte como en casa si lo vives de "ese" modo tan particular.

La cosa es disfrutar. No?




José Mijares, Diego Amador, Isidro Falcón y el que escribe, pasamos unas horas realizando una bonita excursión, que discurría por el Parque Rural de Teno, en Tenerife. Descendimos con cuerdas un cañón, para terminar en el mar y allí navegar con el packraft por el mar calmado bajo los acantilados de Los Gigantes, hasta llegar a la desembocadura de otro barranco que surgía de las paredes de 300 m de los acantilados y subíamos hasta su cabecera en donde se encuentra el pueblo de Masca, enclave famoso en esta zona suroeste de la isla por sus escarpados paisajes y el carácter endémico de fauna y flora.

Fue un bonito día que sin duda volveremos a hacer, con otras luces y otros amigos.


Cuídense.
Un abrazo

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Gorges d’Ardèche en Packraft. The Lost Rider.

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David Casalprim es un destacado invitado en nuestras páginas, en las que se hace cada vez más notable por sus recorridos y sus insaciables ganas de microaventurarse por donde quiera que va.

También es un enamorado de escribir y documentar los viajes que hace y así lo atestigüa en su blog The Lost Rider, en el que explica y resume sus múltiples andanzas, casi siempre llevado por su incansable Fat Bike. 

Nos envía una pequeña historia de un pequeño momento de su gran experiencia.
Gracias David:


-" Días atrás me tocó viajar al sur de Alemania por temas de trabajo, un largo viaje en coche… pero que mejor que una paradita a mitad de camino para hacerlo menos pesado.
El lugar escogido fue Saint Martin d’Ardèche, y tan solo 24h para reanudar el camino.
Las Gorges d’Ardèche son muy buena opción para iniciarse al packraft. El río tiene varios rápidos de baja dificultad y su entorno es espectacular. 32 km encajados entre paredes que nos permite combinar el packraft con una caminata o, si se dispone de poco tiempo como en mi caso, una ruta en bici.



Uno de los multiples miradores de las Gorges d’Ardèche. Foto: David Casalprim
Desde Saint Martin d’Ardèche hay que llegar a Vallon Pont d’Arc donde empieza el tramo de rio de la Gorges d’Ardèche.
Mi recomendación, aun que yo no lo hice, es seguir el camino que recorre las Gorges. Este camino nos permite ver el rio antes de bajarlo. El camino transcurre todo el rato entre el rio y los acantilados, a ratos a pocos metros del agua y a ratos por clavijas, descubriendo infinidad de cuevas típicas de estas zonas calcáreas. Descubrir las Gorges combinando el packraft con la ruta a pie nos puede llevar de 2 a 3 días, dependiendo de si queremos hacer todo el tramo de rio o solo una parte. A lo largo de las Gorges existen dos zonas de vivacs semi acondicionadas (con reserva previa) y dos campings, uno de ellos naturista. En internet existen varios blogs donde encontrar información de las Gorges, los vivacs y los campings.

Vivac a horillas del rio. Foto: David Casalprim
Yo en cambio, usé la bici para ir de St. Martin a Vallon por la carretera que transcurre justo por encima de los acantilados. 40 km bajo un sol de tarde abrasador con la bici cargada con el kayak, el mini kit de vivacs y 4 cositas de comer. Casi tres horitas de bici con sus paraditas en todos los miradores sobre el rio. La llegada a Vallon justo para visitar el pueblo y buscar un lugar discreto para vivaquear. Al día siguiente, a las 7 de la mañana la bici ya estaba atada al packraft y empezaba a remar.


Mapa de las Gorges d’Ardèche. Foto: David Casalprim
En 32 km hay unos 16 rápidos muy sencillos, eso significa que en realidad se trata de un rio muy tranquilo y donde hay que remar mucho, por suerte el paisaje vale mucho la pena. Un lugar ideal para enamorarse del packraft.


Pont d´Arc. Foto: David Casalprim
Existe otra posibilidad para llegar a Vallon desde ST. Martin. En la zona hay un sinfín de empresas que alquilan kayaks de rio y realizan el transporte de un punto a otro, pero entonces el packraft pierde un poco de sentido ya que lo mejor del packraft es su vertiente multidisciplinar que permite combinar el kayak con una buena trasveía a pie, en bici, con esquís o lo que sea.


En el rio hay infinidad de sitios para parar y relajarse un poco. Foto: David Casalprim
Consejo:
La Gorges d’Ardèche son un verdadero imán de turismo en temporada alta y el rio se llena de cientos de kayak. Esto tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Dependiendo de la época que se escoja para bajar las Gorges d’Ardèche la sensación de aventura y de seguridad pueden variar mucho. Y ambas son inversamente proporcionales".


Llegada a St. Martin d’Ardèche. Foto: David Casalprim

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Un lugar interesante para hacer una escapada tranquila y motivadora. Una microaventura de "pasaba por ahí"... Gracias de nuevo David.

Saludos a todos y disfrutad!

Wilderness de Vatsari en packraft. LAPONIA. José Mijares. Vídeos

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No hemos estrenado el otoño y ya José Mijares lo ha estrenado, usado y empleado en hacer lo que le da la vida: ir a "estirar la piernas". Nos envía un collar de perlas, a saber, un texto, unos mapas y unas fotos. Imágenes puras, de "lo salvaje", lo que en inglés llaman "wilderness" y en castellano, con lo rica que es nuestra lengua, no encontramos en una sóla, quizá por eso mismo, por que no cabe en una sola palabra lo que encierra la palabreja sajona.

José Mijares, lo sabe muy bien, sabe que no se puede encerrar en un texto y unas fotos algo tan inmenso, por eso mismo lo va a vivir, siempre que puede. Y luego lo explica.

José Mijares en Vatsari
-"Recién se estrena el otoño y aquí en Laponia ya está a punto de acabar. Tiene gracia. Podría ir ganando otoños viajando al sur, saltar de asteroide en asteroide como el Principito. Pero tengo que aprovechar al máximo el que tengo más a mano, el que más me gusta y el que más alegrías me da.

A Lonchas lo tengo de baja, anda el muchacho con los ojos pochos y me dice la veterinaria que ni se me ocurra sacarlo al monte a que le dé el sol o a arriesgarnos a que se golpee (otra vez) con una rama, a las que no está acostumbrado por vivir en una isla sin árboles. Una lástima tener que dejar al compadre en dique seco, nunca mejor dicho, porque había pensado un viaje con mucha agua para nosotros dos.


Lago prístino. Sin viento en contra, hasta 5 km/h desarrolló José. Foto José Mijares
Equipo en la proa del packraft. Foto: José MIjares
El autor. Foto José Mijares
Orilla de uno de los innumerables lagos de Vatsari. Foto José Mijares

Descartada la compañía, cambio canoa por packraft y una ruta  más o menos anfibia por otra petada de lagos y más lagos. Con esas premisas el destino tiene que ser por fuerza Finlandia. Si busco agua, allí sobra. Noruega me gusta más para  caminar con o sin esquíes, pero la zona norte de Finlandia alberga zonas de wilderness muy interesantes.

Mapa general Vatsari. 
 (http://www.nationalparks.fi/en/wildernessareas)
De hecho hay 12 áreas de wilderness en todo el país, que son eso, zonas salvajes y remotas, santuarios de pescadores y ánimas inquietas como la mía, en busca de paz. Para mí, después de un intenso verano cara al público en mi empresa, resulta una terapia obligada tener la boca cerrada y rodearme de silencio, casi una obligación y no lo digo de broma, de verdad lo necesito y me hace bien.

 Como no salgo de por aquí, salvo excepciones, encontrar cosas nuevas ya no es nada fácil. Tampoco quiero seguir trails marcados, prefiero pintarlos sobre el mapa, dibujar la ruta que más me acomoda, con la duración y días que dispongo, ser libre en una palabra,
Así que me fui a Vatsari, que está al norte del lago Inari, un lugar que he visitado en 5 ocasiones, unas en canoa, otras en esquíes, a pie, con Lonchas y sin él.

Después de mirar con sumo detalle los mapas, vi una línea perfecta para meter el packraft en una sucesión interminable de lagos grandes, medianos, pequeños y algunos minúsculos donde además no repetiría (apenas) zonas ya conocidas. Con semejante viaje en mente estaba como niño con zapatos nuevos.





Representación de la ruta diseñada y seguida por el Parque Nacional de Vatsari, Finlandia por José Mijares
(pinchar el mapa para ver en grande)

Paso y embarque entre dos de los lagos. Foto José mijares
Por las noches la temperatura ha bajado de 0º C, en estos días de septiembre. Foto José Mijares
Estoy a sólo  5 horas de carretera hasta Supru, punto de arranque de esta travesía y no muy lejos de Sevetijarvi, el punto de llegada.
No tenía muy claro dónde iba a dejar el coche, cuando descubro a mi derecha una zona amplia de parking y justo al lado del lago donde pretendo comenzar mí viaje. Una vez dé la espalda a la carretera, no volveré a verla en 150 kilómetros. Que bien suena! 

Cuando no había viento en los  lagos, remar era un placer, sin olas, con aguas calmadas, quizás por eso puedo llegar a remar a casi 5 km/h y eso que un packraft no es precisamente una embarcación muy marinera. Sólo la temperatura del agua me avisa que es mejor no naufragar allí.


Descanso del guerrero. Una hoguera y el cielo. Foto José Mijares.
Porteo. Foto José mijares.
Para este viaje, y en esta fecha otoñal, siempre queda la incertidumbre de cuanto frío hará por las noches. Los días son templados en estas fechas, alrededor de 10º C, pero si las noches son despejadas te puedes encontrar algunos grados bajo cero  y yo pretendía ir muy ligero, sin exagerar, pero lo suficientemente ligero como para echarme todo al hombro cuando tocara portear de un lago a otro. Esta es la clave del viaje y por eso la importancia de usar un packraft y no la canoa.
Al final todo el equipo no pesaba ni 15 kilos lo cual me daba autonomía para 10 días de ruta; saco ligero, tienda ultralight de cuben, mochila del mismo material y comida ajustada al gramo para no llevar de más. Botella pequeña de gas y cámara de fotos. Ah! Y los mapas, claro. Qué haría sin los mapas.


Navegación por los lagos del Vatsari. Foto José Mijares
Vadeo y porteo "áspero". El packraft soporta roces y peso con estoicidad notable. Foto José Mijares
Antes de salir de casa estudié a fondo la ruta en la web finlandesa de parques nacionales y aprovechando la opción de sacar coordenadas y lo certero de esa información, pude imprimir todas las hojas del mapa necesarias, plastificarlas y meter los puntos más importantes en mi gps. 
La tónica era navegar un lago y encontrar la salida más corta hacia el siguiente o encontrar pasadas de apenas un metro entre un lago y otro y así sucesivamente dentro de lagos complejos y llenos de islas, donde sin visión desde las alturas es francamente difícil ver perfiles cuando navegas dentro del mismo lago y a la altura de un pequeño packraft.

Las horas que invertí preparando la ruta fueron todas las horas que no perdí en dar vueltas o sentirme perdido, más bien todo lo contrario; gracias a ese trabajo de campo pude ir como un cohete sin más preocupación que remar y disfrutar cada minuto.




En el lago Inari y aledaños, los antiguos viajeros que se movían por la zona en canoa, construyeron esta especie de vias de tren para arrastrar sus canoas por encima de ellas.Yo las aproveche para hacer lo propio con mi packraft.



Después de cargar todo el equipo en el packraft, es hora de hacerse al agua
Saliendo en el packraft vídeo de You Tube de José Mijares



A menudo para ir de un lago a otro el terreno que tenia que transitar en Vatsari era como el que veis en el video. Una guarreria de fango y charcos profundos, mejor lleva unas buenas botas de agua o vas a estar calado el resto del dia.

Porteando en Vatsari. vídeo de YouTube de José Mijares


La ruta completa ha debido cruzar más de 30 lagos de todos los tamaños, he perdido la cuenta y no importa mucho contarlos ahora. He debido portear cerca de 25 veces, siendo el porteo más largo de cerca de 2 kilómetros, pero la mayoría apenas llegaban a los 200 metros. 
He dormido en una cabaña, la de Rajapaa, y he pasado de largo otra donde no me he querido quedar y después de 8 días he llegado al pueblo de Sevetijarvi, donde el primer coche que pasó por la carretera me cogió sin más demora y me llevó hasta donde yo había dejado el coche.
No puedo aportar más, así que  espero que las fotos y videos muestren lo que quiero contar.
Disfrutad el otoño, es mágico!"


José Mijares


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Estate tranquilo José, que sí transmites lo que es.
Muchas gracias. Nos parece que sabemos lo que estarás haciendo ya: mirar otros mapas de otros sitios.... Me equivoco?
Enjoy!





El PACKRAFT al escenario!!! 1ª EDICIÓN de OUTDOORLAND, Santander 7,8 y 9 Octubre

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Estoy seguro que, dentro de unos días, seremos testigos de la primera vez en España que se mostrará el packraft desde el punto de vista desde el que lo miramos desde PlanetaPackraft, una puerta abierta a la más pura y sencilla forma de conocer el wilderness.

Foto del perfil de Face del evento.
Porque se va a celebrar la 1ª Edición de OutdoorLand, evento que reunirá a marcas, productos, tendencias y actividades en el mundo del outdoor, del aire libre, en la feria de muestras de Torrelavega (Cantabria) los días 7, 8 y 9 de Octubre y que congregará a aventureros, guías, fotógrafos, exploradores y deportistas para mostrar, ver, explorar y compartir charlas, actividades y talleres.
Cartel del evento OutdoorLand

El uso del packraft va a hacer su entrada en esta feria de la mano de Hilo Moreno, cofundador de ésta página y gran compañero de viaje, con varias charlas, dedicadas a sus últimos viajes de exploración, en los que usa medios de locomoción como el packraft o como el trineo de viento, temas que desarrollará en varias ocasiones.

También en cartel se encuentra José Mijares, un amigo de la casa, que mostrará el lado más salvaje y menos (o más, según se mire) amable de la Patagonia cuando se atraviesa con Packraft.

En esta edición tendrán a otro compañero de viaje, Juan Carlos Jiménez, Curro, de Cota3mil mostrando la resistencia a ser atravesada por nuestros packrafts en Islandia. 

Otro de los conferenciantes, amigo y colaborador habitual de PlanetaPackraft, David Casalprim, nos enseñará cómo es y qué es necesario para hacer rutas de packraft con sus fatbikes, porque nos hablará en concreto de la modalidad ciclista de la que es un experto


De seguro que van a hacer las delicias de todos aquellos que quieran acercarse al mundo del Packraft de la mano de los compañeros más activos de nuestro país con los packrafts. Aprenderemos de su experiencia y podremos preguntarles sus preferencias en todo aquello que ellos ya han vivido, y por descontado, elegido para sus expediciones.

Hilo Moreno, David Casalprim, Juan Carlos Jiménez y José Mijares. Packrafters en el OutdoorLand 2016

En el programa podemos observar la variedad de temas que, además del packraft, van a desarrollar los conferenciantes invitados, temas de actualidad, no solo deportivos sino desde el punto de vista de de la investigación, los nuevos materiales, la ayuda humanitaria o la fotografía.



UN EVENTO SOLIDARIO
La organización quiere colaborar con la parte más solidaria del mundo outdoor. Así, en esta primera edición cooperan con SOS HIMALAYA en el proyecto LANGTANG, con el que se quiere reconstruir 116 casas que quedaron derruidas tras el terremoto en Langtang.

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Hasta aquí la información de la feria OutdoorLand. Ahora cabe esperar que las expectativas se cumplan, que hay mucha suerte y que disfruten todos de esos días.

Un saludo para todos.
Gracias César Sainz y a todo el equipo del OutdoorLand por mostrar a los demás a través de los conferenciantes invitados, nuestro tema de conversación diario... A por todas!!! Mucha suerte!!







PHILOS, ALQUILER DE PACKRAFTS EN ESPAÑA

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Nuestro compañero Hilo Moreno se ha remangado y ha traído consigo una flota de Packrafts desde Manco, California, para su alquiler en España.

Quizá hayas oído hablar del wilderness o quizá de las microaventuras. Quizá quieras probar en el pantano o lago de tu zona de fin de semana. Hay tantos "quizás" en una bolsa de un packraft...


Sabemos de la solvencia de estas embarcaciones en toda clase de aventuras por ríos o por mares tranquilos, por lagos de montaña y por embalses por todo el mundo. No en vano llevamos cuatro años el equipo de Planeta Packraft soñando en donde meter nuestras "chalanas".

Pero el equipo es caro para adquirirlo de una vez, algo que te puede hacer desistir de comenzar.
Sin embargo, en España, ese tiempo de transición se hará más corto si alquilas el material para una excursión que tengas programada de iniciación.


Hilo Moreno abre una sección en su ajetreada vida para dedicarla a rentar una partida de Packrafts, Remos y Chalecos salvavidas y así hacerte más fácil la decisión de empezar en la conquista de nuevos retos. Quizá no lo sean aún o lo pienses así, pero te aseguro que cualquier actividad en la que dispongas de un packraft para completarla, no te dejará indiferente.

El servicio de Philos, alquiler de packrafts, te proporcionará el material básico para practicar la modalidad que prefieras una vez lo llenes con lo que lleves en la mochila, elijas lo que elijas.  Si te gusta la BTT,... el bikerafting; tus esquís,... la exploración; o tus hijos... para un viaje familiar. Tan sólo tienes que completar el kit.

Los precios de un pack son excepcionales para cualquier período de tiempo que elijas y el material que alquila, packrafts de Alpacka Raft, son de primera. Así lo atestigüan los km y km de navegación por fiordos, mares, ríos, glaciares y sembrados que hemos cruzado encima o tirando de ellos.

Es una iniciativa que aplaudimos y apoyaremos desde ésta página, pues creemos que será un éxito, por el mero hecho de impulsar el contacto íntimo con la naturaleza.


Ánimo Hilo y suerte en tu idea!!







A pie y en packraft por Siberia Oriental. Eduard González. En buscadelo lejano.

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Eduard González es un viajero nato y carpintero de profesión con base de operaciones en Barcelona. Empezó de muy jovencito a recorrer la península, buscando siempre lugares recónditos y abandonados por la presencia humana.
En cuanto pudo fijó su mirada más allá de las fronteras, Australia, los antiguos países persas (Paquistan, Afganistán, Kazajistán, Uzbequistán, etc), Indonesia, etc…

¿Su objetivo? Descubrir cordilleras apartadas para culminar sus cumbres, a menudo discretas, aisladas pero dominantes sobre su región.
A su paso a por el mundo ha convivido con los lugareños de cada territorio, desde los nómadas de las montañas paquistaníes, los talibanes, mucho antes que estos empezaran a estar presentes en las noticias, la hospitalidad de los Berbers o los caníbales de Papúa. Con sus anécdotas casi de ficción se podrían hacer un manual de “Qué no hacer y dónde no ir”.


Eduard González. Foto del autor.
Desde hace unos años sus motivaciones se han centrado en Siberia. Un amplio territorio donde la población se concentra en las ciudades y muy poco en el resto del territorio. Paisajes extensos con apenas presencia humana. Lugares donde los ríos se convierten en carreteras para los aventureros por la casi imposibilidad de avanzar montaña a través. Y así es como Edu plantea sus incursiones a Siberia. A pie y con kayak surcando ríos y ascendiendo a montañas a quien nadie importan. En total ya ha descendido 6 ríos en Siberia.


Un par de años atrás David Casalprim (amigo de PlanetaPackraft) le enseñó una nueva adquisición con la que él mismo se aventuró junto con un compañero por los fiordos del sur de Groenlandia en bici y kayak: un packraft de "Alpackaraft". Y eso le abrió un mundo de posibilidades. El solía utilizar una embarcación mucho más pesada que cargaban entre dos, unos 25km. Su primera frase fue - ”Joder, utilizando un packraft puedo cambiar los 20 kg de barca por 20 kg de comida y hacer viajes más largos!!!”


Aquí os dejamos un relato de su primer viaje a Siberia en packraft y en solitario de varias semanas, donde los últimos 200 km fueron por río.


Foto Satélite de la zona. Al NE del lago Baikal, se encuentra el río Muya

El rio Muya (por Eduard González)





Río Vitim (Река Витим), del que es tributario el Muya (Муя).
Ambos darán con sus aguas al Lena (
Лена), con 4.313km.
Esta travesia transcurre por una de las zonas montañosas mas deshabitadas de Siberia a 600km del lago Baikal, partiendo de una estacion de tren solitaria de la linea norte del transiberiano. 
La palabra Siberia para mi, siempre ha evocado a espacios infinitamente salvajes, cubiertos de bosques y montañas prácticamente inexploradas y desconocidas. Quizá es el afán de sentir la naturaleza en su estado mas puro, el que me ha llevado a realizar ya 6 viajes a estas vastas regiones, siendo este el 2º en solitario y el 1º en packraft. La característica común en todos ellos siempre ha sido la casi total ausencia de indicios humanos, ya sean caminos o restos de campamentos y la soledad mas absoluta. 

 El objetivo de esta aventura era ir a buscar el curso del rio Muya, un lejano afluente del Lena que se abre paso entre unas remotas montañas llamadas Muyakanskii, y descender 220km hasta la población de Taksimo.

Cuenca y curso del río Vitim (Река Витим) y el
Río Muya (Муя) de 375 km a su izquierda.




Caminar por este terreno no es sencillo ya que, exceptuando los 2 primeros días que me encontré un pequeño sendero, el resto tuve que hacerlo "campo a través" por el bosque, remontando arroyos y atravesando un collado de 1800m y otro de 1200m. A todo esto hay que añadir la gran cantidad de moscas y mosquitos que hay en verano, las zonas pantanosas, el barro..etc. Todas estas circumstancias, sumadas al peso de la mochila, derivan en que para avanzar 6 o 7 km sobre el mapa requiera a veces toda una jornada. En este caso partí con 3 petates estancos mas el packraft, que sumaban 27 kg de los cuales 8,5 eran de comida, cantidad justa para los 17 dias totales, si no fuera por el gran surtido de bayas que desayunaba cada día. 
El Agosto de 2015 fue especialmente seco en esa región, lo que propició incendios catastróficos en la cuenca del río Angara cuyo humo se extendía a centenares de kilometros, creando una atmósfera de color rojizo. Afortunadamente, tras la lluvia, el humo desaparecía durante un par de días.


Estación de partida. Foto Eduard González
Atmósfera rojiza. Foto: EG
Remontando torrente desde el rio Muyakan. Foto: EG

Mi ruta de aproximación de 8 dias al Muya, consistió en remontar el rio Muyakan y después de atravesarlo, subir por un torrente hasta la cabecera de las Muyakanskii donde aproveché para subir un pico de 2300m.
Mirando atrás, llegando a la cabecera de las montañas. Al fondo, el rio Muyakan. Foto EG
Luego, atravesando un collado, pasaba por algunos enormes lagos de montaña de varios kilómetros de longitud que atravesé con el packraft mientras descansaba la espalda y las piernas. Camine los últimos 30 kilómetros por un altiplano boscoso hasta llegar a la vertiente del Muya. Todo ello sin camino, pura navegación a brújula.
Panorama desde cima de 2300m. Foto EG
Desde la cima, hacia el rio Muya. Foto EG

Llegando al rio Muya. Foto EG
Lo mas duro estaba hecho. Ahora tocaba descender plácidamente por un río de aguas tranquilas con algunos pequeños rápidos. Durante 4 días así fue. Pero en un punto que ya conocía, el río se estrechaba y pasaba por un cañón donde habían rápidos peligrosos.
Por fin en el Muya. Foto EG

Inicio del cañón. Foto EG
Así que lo esquivo con una travesía de unos 30km a través de un collado que significan 2 días mas de cargar con todo. Pero no estoy solo, al 2º día me doy cuenta de que un oso me sigue. Hay huellas suyas encima las mías!

Por este collado, esquivo los rápidos del cañón. Foto EG
Huellas de oso. Foto EG
Después de admirar los picos mas altos de la cordillera Muyakanskii, finalmente, llego de nuevo al Muya, el cual ya no esta tan calmado y, en 5 días más llego al puente del ferrocarril, donde termino mi aventurilla.

Muyakanskii krebet. Foto EG
Puente de la linea norte de transiberiano y final de mi aventura. Foto EG
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Aquí podemos ver dos versiones de vídeo del viaje de Eduard. Una corta y otra de cierta duración, en la que podemos ver mejor la belleza de los paisajes siberianos. Una tierra dura de temperaturas medias en invierno de -22 ºC y que en verano muestra su cara amable.


Vídeo"El río Muya"versión corta de YouTube de Eduard González.




Vídeo "Les Muntanyes del riu Muia"versión larga de YouTube de Eduard González.

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Gracias a Eduard por compartir su viaje y darnos a conocer una tierra lejana y de gran belleza y a David Casalprim, por su introducción y por hacerme llegar el relato de Eduard.

Disfruten...






Una vieja idea de packraft en Patagonia. Un viaje de mar a mar. JoséMijares

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Seguro que no os pillo de sorpresa si la primera lectura del año va de Patagonia. Ni tampoco os sorprenderá si os digo que va de un "estirar las patas" de un palentino afincado en el mundo de apellido Mijares y nombre José.

Tras la época de Navidades europeas sabemos, los que hemos estado en la paz de las cenas familiares y los buenos deseos, que un grupo, más bien pequeño de personas, han empleado ese by-pass temporal para salir a olisquear rutas y devorar kilómetros, como si fueran a hibernar, y que les prepara para una nueva época de trabajo, en la que hartos de aventura, aquietan su espíritu para ocuparse con objetivos menos nobles: ganarse el pan en lo que le toque o haya escogido.

Así es José, que escoge cuidadosamente TODOS los días del año que puede y no trabaja en su Bar de Hielo noruego o en la Norwegian Polar Academy, para salir a "estirar las patas".

Tras su Packraftagonia en el año 2015 y un par de salidas de las que hemos dado cuenta en PlanetaPackraft, vemos a José volviendo a la fuente de los sueños de medio mundo, la Patagonia, a saciarse de paisajes, naturaleza y vida, también de viento, agua y sol, y cómo no, de la hospitalidad de su gente y de su tierra.
Nos envía una crónica de "vida", más que una crónica de viaje. Felices pasajes y desventuras de un viajero que conoció el packraft y ya no lo ha quitado de su mochila.

Espero que disfrutéis del placer de una lectura más allá de un viaje o unos mapas, tal y como lo he hecho yo.
A orillas del río La Leona. Argentina, Patagonia. Foto José Mijares

“A los amables y hospitalarios habitantes del río Santa Cruz”


Mi amigo Pablo Besser y yo teníamos un buen plan para ir a explorar al Campo de Hielo Sur este invierno. Era uno de esos viajes que, sobre el papel, era más que un sueño. Lo tenía todo: esquiar, escalar, explorar y navegar con packraft.
Con lo que  yo no contaba era que una vez que ya tuviera los billetes de avión al sur de Chile, mi querido Lonchas enfermara de los ojos y anduviéramos durante meses de clínica en clínica y de veterinario en veterinario buscando su cura. 

Mi viaje al Campo de Hielo Sur era para Noviembre y la enfermedad de Lonchas (que venia ya de lejos) se puso realmente fea a partir de Abril. Durante  el verano, a tope de trabajo, pudimos más o menos encontrar una solución con los pocos medios veterinarios que el norte de Noruega ofrece pero a partir de otoño cayó en barrena y en Septiembre la situación se puso realmente crítica.  

Llegamos a ese punto en el que tuve que escuchar que le sacarían un ojo y semanas después hablaban de operarle el otro. Con semejante noticia no me quedó mas remedio que tomar soluciones drásticas y la única que se me ocurrió fue traérmelo a España y buscar una clínica solvente. 
Ni qué decir tiene que mi viaje a Chile estaba pendiente de la mejoría de Lonchas y no tenia buena pinta, pero yo albergaba la esperanza de que mejorara, que me diera tiempo a subirlo de regreso a Noruega y después irme a Patagonia. 
"Lonchas" con ganas de volver a la nieve de su tierra noruega. Foto JM

No hubo suerte. O si!  Lonchas estuvo cinco semanas conmigo en Madrid y lo curaron. 
Pero antes de que a Lonchas le pudieran dar el alta, la fecha del viaje a Patagonia ya cumplía y Pablo y su amigo tuvieron que irse sin mí;  el plan inicial no podía esperar más.
Finalmente Lonchas curó. Yo estaba feliz pero  me encontraba varado con un billete de avión para una expedición que ya había perdido. Cambié el billete, pospuse la salida y decidí volar  igualmente a Chile. No sabia muy bien hacia donde tirar y pensé en retomar una vieja idea de packraft en Patagonia. Un viaje de mar a mar. 

Todos tenemos docenas de sueños en el cajón, pero cuando has preparado tanto un viaje que al final casi lo visualizas por completo, no resulta fácil saltar a otro plan como si nada. Por un lado te resistes a abandonar lo que ha estado ilusionándote durante meses y por otro has de hacer algo para lo que no sabes si estás realmente preparado y motivado en ese preciso momento. 

Uno de mis sueños era bajar ríos en Patagonia, en las dos Patagonias. La frondosa y verde Patagonia chilena y la árida y esteparia Patagonia argentina. Hay dos ríos a los que llevaba un tiempo dándole vueltas, dos ríos que tienen algo en común. Son ríos salvajes y amenazados y ambos están dentro de los planes hidroeléctricos de sus respectivos países, los dos dejarán de ser libres como son ahora más pronto que tarde. O quizás no ocurra nunca, nadie lo sabe. 
Balsa de Ciprés en el frondoso río Baker de la Patagonia Chilena. foto JM


Estepa árida del río Santa Cruz, Patagonia Argentina. Foto JM
En Chile elegí el río Baker, el más caudaloso del país, que desemboca en el Pacifico. Y  en Argentina el río Santa Cruz, el más largo y salvaje de Patagonia, el mismo que subió Darwin arrastrando las barcas en su intento para internarse por la pampa y tratar de descubrir los glaciares que, intuía, estaban río arriba. No estaba equivocado pero no pudo comprobarlo entonces. Una historia poco conocida que no acabó en éxito, pero que dejo una huella indeleble en la zona. 

Darwin, en su expedición
río arriba del Santa Cruz

Corría el año 1834 cuando  Darwin y el capitán Fitz Roy con 25 hombres lograron remontar 100 millas del río Santa Cruz en 16 días, dándose la vuelta antes de llegar a descubrir el lago Argentino, ni ver los inmensos glaciares que en este lago se vierten. 

No fue hasta 1877, hace ahora 140 años, cuando Francisco Moreno logró  remontar por primera vez el río Santa Cruz, le puso el nombre Argentino al lago, lo navegó hasta el famoso glaciar que hoy lleva su nombre, avistó el lago Viedma y cambió el nombre al Cerro Chalten por el de Fitz Roy en honor al capitán del Beagle.



Ruta realizada a partir del plan "De mar a mar" en Patagonia. Línea Roja: km navegados, Azul: caminando. Fuente JM
Bueno, al menos tenía un plan, un buen plan. Rescataba un sueño y lo ponía en marcha. Navegaría el río Baker desde el Balseo de Cochrane hasta el Pacifico, hasta el bello pueblo de Caleta Tortel, 165 km de río con 900m3/segundo de caudal en el momento que yo lo descendí. Y de allí bajaría por la carretera austral en bus hasta Villa Ohiggins. Hace 15 años bajé esa Carretera Austral en bicicleta, me trae buenos recuerdos.

Inicio Río Baker. Patagonia chilena. Foto JM

Frondoso río Baker. 165km de travesía en la Patagonia chilena. Foto JM

Río Baker y montaña. Foto JM

El Saltón del río Baker. Rápidos con mucho caudal que le hicieron caminar a José. Foto JM
Delta del río Baker. Foto JM
En Villa Ohiggins dependes de un barco para cruzar el gigantesco lago del mismo nombre, el más profundo de Sudamérica y el quinto del mundo. Llegar y poder cruzar el lago no es lo normal, los días de espera son la tónica. En verano es la época de viento en Patagonia  y estos vientos a menudo frustran cualquier  plan. Tocó esperar unos días, claro, pero  el pueblo está rodeado de montañas y encontré un austríaco muy simpático y juntos subimos al Cerro Submarino de 1850 mts, una montaña bonita sin más pretensiones que unas buenas vistas.
Esperando buen tiempo para cruzar el Lago Ohiggins, subiendo al Cerro Submarino. Villa Ohiggins, Chile. Foto JM


Lago Ohiggins. Foto JM
Al sur del lago Ohiggins se encuentra Candelario Mancilla, todavía en territorio Chileno. Desde ese limite fronterizo chileno hasta la frontera argentina hay 21 km  de “tierra de nadie”, un camino en el bosque hasta llegar al Lago del Desierto, la frontera. Pero para recorrer ese camino entre fronteras no hay transporte, ni caballos a disposición;  me han dicho que a veces los hay, todo depende del humor del gaucho. En mi caso el arriero no tenía muchas ganas de poner un caballo para llevar mis mochilas, así que tuve que echarme al lomo los más de 30 kilos y caminar los 21km hasta la frontera argentina. Qué envidia me daban los ciclistas! Aunque tampoco es terreno fácil para las bicis sobrecargadas y yo llegué a la frontera antes que alguno de ellos.
Al menos llegaba al lago del Desierto, a navegar con el packraft. 

Rumbo al Lago Desierto, frontera argentina. Foto JM
Camino al Lago Desierto. Foto JM
Ciclistas en camino al Lago. Foto JM
Lago Desierto, Patagonia Argentina. Foto JM
Dormí a orillas del lago y al día siguiente remé ese lago de poco más de 10 km hasta la orilla sur, donde nace el precioso río Las Vueltas, nada fácil sobre todo al principio 
y llegué remando hasta Chalten.
Movida primera parte del río Las Vueltas. Foto JM

   Chalten es el pueblo base para escalar el Fitz Roy, Cerro Torre, etc y también hay trekkings muy populares. Pero lo siento, no me gustó nada Chalten. No me gustan los sablazos, ni los mercadillos ni las marabuntas de mochileros desubicados ávidos de “pseudoaventura”.

Caminé para ver el Cerro Torre y el Fitz Roy y algunos campamentos históricos. Me encantaron las vistas, pero no los caminos atestados, ni los carteles por doquier llenos de prohibiciones, no me gusta esa Patagonia domesticada y mercantil. Me largué antes de lo previsto y seguí mi plan fluvial.
Chalten, desde la 40. Foto JM
Roca y madera con el Fitz Roy al fondo. Foto JM
Quería continuar navegando el río Las Vueltas hasta el lago Viedma y seguir una línea de navegación continua que me llevara hasta el Atlántico. Del Viedma iría al río la Leona, el Lago Argentino y el río Santa Cruz. Era un plan perfecto. Hasta que lo jodieron los guardaparques de Chalten, que me prohibieron navegar el Rio de las Vueltas. Además me dijeron  que, de haberme pillado en la parte norte del río, me habrían requisado material, puesto una multa etc, etc. Y quien sabe si no me habrían  fusilado al amanecer….

Yo había visto blogs de colegas que bajaban en packrfat el río Las Vueltas pero no hablaban de estas prohibiciones y, después del intercambio de verbos, no me animaba a navegar los últimos km del río Las Vueltas hasta el lago Viedma y arriesgar mi viaje por unos escasos 8 km.

Mirador sobre el Río de las Vueltas, parte sur del río, a pie por prohibición de guardaparques de Chalten. Foto JM
Así que me fui al lago Viedma, un enorme lago de más de 60 km de longitud donde caen los glaciares más grandes de Argentina y que es un lugar donde el viento azota de lo lindo. El día que fui  a comenzar mi navegación no hacía más viento del habitual y aun así embarcar me costó un buen trabajo y cuando llevaba unos 10 km, una ola me volcó y me encontré flotando en aguas gélidas a cientos de metros de la orilla incapaz de dar la vuelta al packrfat. Las mochilas que llevaba atadas a la proa del packraft no me dejaban voltearlo. Nadar en esas frías aguas, con todo el equipo, sin perder nada se hizo una eternidad. Pensé, in extremis, cortar las cuerdas que ataban las mochilas, voltear el packraft  y llegar  con o sin equipo, como fuera, hasta la orilla. Hice acopio de toda la calma que pude y viendo que el viento soplaba hacia tierra me dejé llevar con las olas hasta que éstas me escupieron en la orilla. Fueron los 20 minutos más largos de mi vida. Si el viento hubiera  soplado lago adentro no hubiera podido llegar nunca  a la orilla.
El Viedma me perdonó la vida. Así de simple. Ya en tierra me di cuenta que ese lago no era para packraft, no para un packraft conmigo dentro quiero decir. A ver, que tengo un packraft, no el yate del  “Pocero”!
Las olas del Lago Viedma le amargaron y perdonaron la vida a José en 20 minutos escasos. Foto JM
Estando sólo te das cuenta lo fácil que es palmar y lo tonto que seria hacerlo. Decidí abandonar la idea del Viedma y feliz de que todo acabara sólo en un susto salté al siguiente río del plan, el río La Leona.

La Leona es el nombre que le puso el perito Francisco Moreno a este pequeño río de 70 km, que nace en el lago Viedma y desagua en el lago Argentino. Al parecer Moreno encontró una hembra de puma (al puma se le conoce en estas tierras como el león) y por eso bautizo al río con este nombre tan africano. 


Una vez dejé atrás los frondosos bosques de la Patagonia Chilena ahora tenia que lidiar con el viento infernal de la pampa. En verano es cuando más sopla y yo estaba de lleno en esa estación. Al no tener bosques ni montañas cercanas, los lagos y ríos de la zona son un lugar muy expuesto al viento y lo que pasa en un río al que azota el viento es que se levantan olas de tamaños importantes, sobre todo cuando el viento y la corriente chocan de frente. 
Mapa general del Lago Viedma y situación de hospedería La Leona. Foto JM
Hotel La Leona, Patagonia, Argentina. Foto JM
Un bus me dejó en la Hostería La Leona, un lugar histórico a mitad de camino entre Chalten y Calafate y por supuesto a orillas del río y a sólo 3 km del lago Viedma donde nace. Me parecía que era el lugar perfecto para hinchar el packraft, ponerme el traje estanco, atar las mochilas a la proa y empezar a remar. Ese día el viento soplaba duro y aunque el río lleva una corriente fuerte, me di cuenta que encima del packraft en ese río yo sería como una simple pluma. Sin calado ni quilla el viento me llevaba encima del río a su antojo de una orilla a otra. Decidí acampar temprano y tomármelo con calma. 

A mitad de río, y cerca de la carretera, había una hacienda abandonada llamada Luz Divina y observé que debía ser un lugar muy popular para los ciclistas que recorren la ruta 40. Hay algunas habitaciones vacías y sin ventanas, pero techadas, y en ellas toda clase de grafittis que dejan los ciclistas que pasan por allí. Me entretuve leyendo los dibujos, las historias de varios de ellos; todas mostraban escenas divertidas que tenían que ver con el viento y el tiempo adverso que por allí es habitual... He dormido en sitios mejores, la verdad, pero al menos me ahorré poner la tienda, que amenazaba con llevársela el viento.
A orillas de la Leona. Foto JM
Al amanecer, sin viento, el río La Leona es firme y rápido. Foto JM 

Último campamento en La Leona. Foto JM
Dormí intranquilo recordando los blogs de varios colegas de packraft que advertían de que no se habían metido en La Leona debido el viento y pensé lo duro que iba a ser, no sólo este río sino sobretodo el Santa Cruz... Sabía que  normalmente en esa zona el viento nunca sopla temprano así que decidí madrugar y… vaya si lo hice! Aprovechando que en estas latitudes amanece sobre las 5 de la mañana, a las 7 ya estaba remando sin viento y en absoluta calma. Así, sin viento, el río era una maravilla. No tiene rápidos, pero la corriente es tan fuerte que remando te pones con facilidad a 15 km /hora. 
Navegué 50 km y llegué hasta el mismo lago Argentino. El paisaje era aun más bonito. Estaba pletórico. 

El lago Argentino es verde turquesa y verde esmeralda y ambos verdes se unen sin mezclarse a la altura de las fuentes del río Santa Cruz, que nace aquí y desemboca 385 km más lejos, en el Atlántico, en el estuario que lleva su mismo nombre y donde se asienta la coqueta ciudad de Puerto Santa Cruz. 

Acampé a orillas del lago Argentino, rodeado de dunas y paisaje desértico y desde allí, al día siguiente, caminé por la orilla del lago hasta la misma fuente del Santa Cruz. El tiempo en esta zona, además de ventoso, es soleado y despejado con temperaturas que rondaban los 15ªC o más.
Lago Argentino. Foto JM
Mochilones en el verde y ventoso Lago Argentino. Foto JM
Olas en el lago Argentino. Foto JM
Hasta ahora no sabía de nadie que hubiera remado en packraft ni La Leona ni el Santa Cruz, así que mis referencias eran… Ninguna. Sólo tenia claro que la clave del éxito está en saber gestionar el viento y mientras un kayak tiene calado y timón y es aerodinámico, mi chalupa tiene la misma aerodinámica que una mesa camilla. Tenía dudas pero era bonito soñar con bajar un río desde la misma fuente hasta el mar y tenía tiempo. Había leído relatos de gente que hizo el río en 5 días en kayak, yo llevaba 9 días de comida por las dudas y gas suficiente para 2 semanas.
Fuentes del Río Santa Cruz, en la orilla sudeste del Lago argentino. Foto JM
Mi primera etapa, con mucho viento, me sirvió para hacerme con el río. Es mucho más grande que La Leona y tiene más fuerza. El río no tiene rápidos en todo el recorrido pero tiene una corriente muy poderosa (800 m3/seg)  y cuando se suma al viento en contra o de lado, el combinado es explosivo y las olas que se levantan asustan al más templado. Además, donde se forman los meandros el río se ensancha cientos de metros formando grandes lagos. 

Cuando el río Santa Cruz recibe la luz del sol se convierte en una cinta turquesa que se retuerce atravesando un horizonte infinito. Alejado de cualquier carretera, sólo tuve la visita de la fauna que se asomaba a saludar. Ví miles de guanacos, miles, y  avestruces americanos (ñandú) ovejas, caballos y docenas de aves diferentes. Fuera del río todo es yermo, estepario, toda la vida se concentra en el agua; es un espectáculo grandioso; todo fluye, se mueve. Es el viaje dentro del viaje mismo.
El verde Santa Cruz. Foto JM
Guanaco. Foto JM
Campamento en Río Santa Cruz. Foto JM


Cada noche me acostaba repasando todo lo vivido y enumerando mis múltiples encuentros con la fauna local. Tenía tanta energía al acampar como la que desprenden dos centrales nucleares a pleno rendimiento. Me sentía muy fuerte físicamente. Mientras tanto el sol me iba quemando a fuego lento manos y cara y yo avanzaba a medias de 60 km/dia.

Encontré una estancia llamada El Rincón y en ella a un guardés llamado Paulino, que me proporcionó un lugar para dormir bajo techo, un mate y buena conversación. Paulino cuida una estancia de 19.000 Ha y tiene a la familia en Francia, donde él ha vivido también hasta que supongo que se le hizo insoportable seguir viviendo allí y decidió regresar a Patagonia. Me dijo que no era raro el verano que pasaba por allí algún grupo de kayakistas pero, sobretodo, me dió algunos consejos sobre el clima y el viento en particular: que hasta las 10h de la mañana casi nunca sopla y que tuviera cuidado en las curvas del río cuando se levantaba el viento, pues allí él había visto olas de dos metros.
Parada en el río Santa Cruz. Foto JM
A mitad de río hay un lugar llamado Condor Cliff  donde se supone que algún día van a construir una enorme central hidroeléctrica, lo que crearía un destrozo medioambiental monumental y todo para llevar energía a cientos o miles de kilómetros y de paso  enriquecer a todos los caciques de la zona. La historia de siempre, de cualquier lugar del mundo donde la clase política está dominada por gangsters. En Condor Cliff ví una docena de excavadoras, barracones y ni un atisbo de vida inteligente; tampoco trabajadores o guardas. Nadie. El lugar daba miedo por siniestro.
Condor Cliff. Lugar de una futura presa. Maquinaria al fondo. Foto JM
Al quinto día, cuando estaba a unos 100 km del delta, el sol empezó a ocultarse tras nubarrones cada vez más negros y amenazadores y un viento que venía del río se hizo cada vez más violento hasta que, por suerte, ví una estancia abandonada y unos galpones casi en la misma orilla del río. Bajé antes de que la tímida lluvia se convirtiera en el tormentón que vendría a continuación y busqué cobijo en el galpón que, aunque en desuso, estaba limpio y guarecía de la lluvia. Toda la maquinaria dentro era inglesa y hablaba de un pasado más que acomodado; no hay que ser un lince para leer en ciertos lugares abandonados épocas de esplendor.
Cielo negro en el Santa Cruz. Foto JM
Junto al galpón había casas, pero estaban más abandonadas aún que con  el cielo negro de la tormenta tenían un aire aún más siniestro. Decidí regresar al viejo almacén cuando caí en la cuenta de un grupo de álamos y algo que parecía un tejado a lo lejos. Quizás era una casa habitada porque según el mapa una pista de tierra llegaba hasta ese lugar, así que no era tan raro. Me acerqué a saludar y pedir permiso para usar el galpón, me lo dieron y nos despedimos. 

Era un día muy inoportuno para presentarse en casa de nadie, era 31 de Diciembre. Decidí acostarme un rato y descansar hasta que me entrara hambre pero no era fácil  relajarse porque el viento golpeaba con violencia las chapas desclavadas de la pared y montaban un ruido infernal. Finalmente debí quedarme dormido y no desperté hasta que un aliento excitado y nervioso me recorría la cara, el aliento de un curioso y simpático border collie.
Apareció entonces el dueño de la estancia, Federico, para saludarme y pedirme que les acompañara esa noche tan especial a cenar con su familia. Al principio me negué un poco, solo un poco; quería evitar ser una molestia, un compromiso, pero él vino de propio desde la casa que estaba a 1 km y comprendí que era una invitación de verdad. 
Me dijo entonces que en un par de horas volvería para recogerme en coche y eso hizo.
Además de Federico y su mujer, estaban sus tres hijas y su yerno.

Hay muchos lazos culturales que nos unen como países. Ellos habían estado en España tantas veces o más que yo en Argentina, así que fue  muy sencillo poner un vino en la mano y dejar que la conversación nos llevara hasta la hora de la cena, entretenidos por nuestras anécdotas. No era yo el primer navegante que usaba el galpón y cenaba con la familia Pichl, aunque quizás un 31 de diciembre sí era yo el primero...
Cena fin de año. 31/12/2016, con parte de la familia Pichl. Foto JM
De origen austríaco llevan tres generaciones en la Patagonia y utilizan la estancia sólo como un lugar de recreo. Río abajo supe a qué se dedicaba en verdad Federico. Ahora sólo quieren disfrutar de esa estancia antes de que la estúpida clase política y la codicia sepulte para siempre bajo las aguas la casa de sus antepasados y les den un céntimo por sus tierras mientras los caciques locales hacen negocios con su sangre. 
Es legítimo estar cabreado.

Entendí muchas cosas que no sabía y otras que me iba preguntando a medida que avanzaba por el río. Sobre las futuras presas, expropiaciones, sobre el caciquismo local. Acabamos hablando de los políticos de allí y de aquí; parecen cortados por el mismo patrón.
Fue una noche especial. Federico insistió en acercarme de vuelta hasta el galpón y me invitó a regresar al día siguiente a la casa por si quería ducharme, desayunar, etc. 

Pero hay que saber marcharse, despedirse a tiempo, así que decliné la invitación y a las 07:00 ya estaba remando; sólo había dormido 5 horas, pero perder ese día hubiera sido un pecado. Hacia un día radiante sin viento.
Navegando el Santa Cruz. Foto JM
Avancé como un león, remé, remé y remé todo el santo día hasta que al llegar la tarde, cuando ya no podía evitar enlazar un bostezo con otro, ví un grupo de casas y unos bonitos sauces junto al río y pensé que seria estupendo acampar en ese lugar. Repetí la operativa. Dejé mi equipo y me acerqué hasta la casa, distante  unos 600 metros, a pedir permiso. Me lo dieron y además me dijeron que si necesitaba algo que lo pidiera; en realidad sólo quería dormir, me moría de sueño. 

Puse la tienda, comí algo y me acosté temprano con idea de despertarme al día siguiente, hasta que oí voces que me llamaban. El dueño de la casa, Juan, se acercaba para avisarme que iban a preparar un asado con amigos y que estaba invitado. Casi me da la risa, otra invitación a cenar!  Era la tercera familia o persona que encontraba en todo el río, en 385 km y los tres me habían invitado. Bendita hospitalidad Patagónica. 

Salí del saco, me peiné y allá me fui. Juan sabía muchas cosas que yo quería saber sobre el viaje de Darwin y también el amigo que había venido y se encargaba de la parrilla. Me contaron una historia sobre la que he profundizado después, pero que en realidad me la empezó a contar Paulino, la continuó Federico y siguieron con ella Juan y su amigo.  Era la “ historia del leonero”.
Parrillada argentina, bendita hospitalidad patagónica. Foto JM
En Patagonia, al puma le llaman  “león” .Todas estas estancias ovejeras, con miles de ovejas en el pasado y deshabitadas hoy en su mayoría o dedicadas  a otros menesteres, sufrían en el pasado los ataques del puma que, no contento con matar una oveja para comer, mataba decenas para enseñar a los cachorros. Y, al parecer, estas clases de supervivencia eran más que frecuentes, así que en toda estancia había y aun hay -me consta- un “leonero “, el que se encargaba de dar cazar a todo puma que se pusiera a la vista del ganado. Por lo visto usaban perros para hacerles la envolvente y después la cosa se debía rematar con un tiro. 

Estaba yo de vuelta en Santiago contando esta increíble historia a mi amigo Tomás Ariztia en casa de Pablo Besser y Tomás , que es hombre de estancia y ha vivido una época en estancias de la zona del Paine, me aseguró que el había conocido varios “leoneros” y que incluso una vez hace pocos años, estando él por allí lo invitaron a comer un asado y alguien debió preguntarle en plan guasón si le gustaban los bifes, a lo que él respondió que naturalmente le gustaban. “Pues nos estamos comiendo un león“ le dijeron a Tomás entre risas los arrieros. Ni qué decir tiene que cazar o matar un puma está penado por la ley. 

También me contaron cómo hace  años, los trabajadores de las estancias hacían batidas de crías de guanacos;  tienen esas batidas un nombre que he olvidado. Era algo normal y la única condición que ponía el patrón era que usaran sus propios caballos y no los de la casa porque, al parecer, aquellas cacerías se les iban de las manos, duraban más de la cuenta y se reventaba más de un caballo. 

Un personaje que conocí en Puerto Santa Cruz me contó con verdadero deleite cómo se cocinaba un avestruz; se le vacía la guata (barriga) se rellena con piedras calientes y atándola con sus propias patas, se echa al fuego. Yo pensaba que seria una historia antigua pero el hombre, salivando de regusto al recordarlo  me dijo: “que va, la semana pasada nos comimos uno!” e insistía en lo tierna y jugosa que resultaba la carne “cocinada” así, con piedras.

Acabamos la historia del leonero con vino tinto y buenos bifes en la estancia que Darwin llamó “Guanaco Hills” y, como la noche anterior, acabamos hablando de Argentina y España y de Noruega, mi patria adoptiva, de mi empresa y de  mis viajes, de sus vidas y  de la clase política que todo lo estropea en un país tan rico como Argentina donde  tengo buenos y queridos amigos, sobre todo en Mendoza y Salta. Por poco me vuelvo a acostar a las tantas. 

Al día siguiente salí tarde, estaba agotado de tanto festín navideño y de trasnochar. Acostumbrado a los horarios de cartujo que usaba en soledad, la civilización hizo estragos…

Remé los 40 kms que había hasta el pueblo de Piedrabuena y evité parar allí porque me daba miedo que al día siguiente me diera una pereza infernal. Era tentador pensar en ducha y cama caliente pero lo evité remando a toda pastilla, buscando un árbol junto al que acampar, lo más lejos posible del pequeño pueblo. Remé tanto que enseguida pasé de los frondosos bosques de sauces de Piedrabuena a los estériles acantilados de arenisca, metiéndome en un estuario cada vez más ancho donde se iba haciendo difícil encontrar un lugar de acampada.
Estuario. Foto JM

Fotografiando al estuario de Santa Cruz. Foto JM
Volví a ver una casa a  lo lejos… y me acerqué. Era una planta depuradora del río. Encontré un prado estupendo, cené y salí a tomar unas fotos del atardecer, que era a eso de las 22:30h. Entonces ví a un trabajador y me acerqué a preguntarle. El tiempo que yo había pasado en mi tienda, sin vistas al río, habían bastado para reducir el santa cruz a una franja minima de agua, no había rastros  del enorme estuario por el que yo había llegado. En su lugar todo eran arenales. El operario, un muchacho muy amable, pensó que querría saber el horario de las mareas y acertó. 

Tendría que  salir temprano y aprovechar cuando empieza a bajar la marea que, sumado a la corriente, me llevarían hasta el mar. Debía doblar un cabo que se veía lejano y, si el viento y el mar me dejaban, quizás pudiera llegar hasta el mismo Puerto de Santa Cruz. La noche fue muy calmada y de igual manera amaneció. Radiante.

Remé todo lo rápido que pude ayudado por la marea y la corriente del río, doblé ese cabo, que estaba distante 8 km , y me encontré con un estuario realmente grande y con olas pequeñas, pero grandes para mi. Sin separarme de la orilla más de 100 metros, fui acercándome lentamente hasta el pueblo que se veía en el horizonte y solo me percaté de que estaba de verdad en el mar cuando metí el cazo en el agua y al llevármela a la boca me di cuenta que estaba salada; las manos llevaban tiempo escociéndome pero no me había parado a pensar por qué. En la playa de Puerto Santa Cruz unos pescadores probaban suerte con los róbalos mientras yo deshinchaba mi packraft, organizaba la mochila y empezaba a caminar satisfecho y relajado hasta el centro del pueblo, distante un centenar de metros. 
Llegando a Santa Cruz, al fondo en la llanada. Foto JM


Fin de viaje. Foto JM
Puerto Santa Cruz me encantó. Todo el desencanto que me provocó el Chalten  fue aquí recompensado. Pase dos días geniales, no había más que gente local. 
Parece uno de esos pueblos perdidos donde no llega más que el que de verdad quiere llegar.

 José Mijares



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Cursos de packrafts en España por River Gurú.

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Hola, amigos y amigas, el mundo del packraft sigue creciendo hasta el punto de que ya se pueden hacer cursos específicos en España. Los protagonistas de esta iniciativa es la empresa River Gurú, localizada en el Pirineo de Huesca.
El curso que ofrecen es de iniciación en 2 días, 6 horas cada día, por un valor de 150€, donde trabajarán la seguridad, la lectura de río y navegación, técnicas de paleo... .

Imagen extraída de la web de River Gurú.

Desde el principio en Planeta Packraft hemos aconsejado que las personas que se introduzcan en esta práctica realicen cursos para poder viajar con más seguridad, por esta razón aplaudimos iniciativas como esta y le deseamos mucha suerte al equipo de River Gurú.

Nota: Planeta Packraft no tienen ningún vínculo con River Gurú.

Vídeo de Salto Base y Packrafting en Alaska

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Sabemos que el packraft es una herramienta que te permite acceder a lugares remotos combinándolo con tu actividad favorita, pero hasta ahora no nos habíamos encontrado una pareja tan insólita como el salto base unido al packrafting.

Os dejamos un motivante y a la vez muy bien hecho vídeo de Pryce Brown



El equipo de Planeta Packraft vuelve a hacer un esfuerzo por convertir a esta página en la mayor base de datos en español del mundo del packrafting dentro y fuera de nuestro país. Un lugar para explorar y sacar ideas, para soñar con nuestros próximos proyectos.



EL MEJOR VÍDEO DEL 2016. Crossing Home por Jordan Manley

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Hola amigos y amigas, hace ya 9 meses de la publicación de éste fabulosa película de Jordan Manley, seguramente muchos de nuestros lectores y lectoras lo hayan visto ya, hoy la volvemos a recordar para nombrar a Crossing Home como el Mejor Vídeo del 2016 de Packrafting.

Si quieres conocer más sobre el proyecto "A Skier´s Journey" visita la web.

Los protagonistas Chad Sayers y Forrest Coots, después de haber realizado numerosas aventuras por distintas zonas de La Tierra, vuelven a casa, una de las regiones más bonitas del planeta,  la Beatiful British Columbia, al Oeste de Canadá, allí realizarán una travesía de 3 semanas combinando distintas formas de desplazarse, entre otras, cruzaran con skies el Campo Hielo Homathko y descenderán por la costa pacífica con sus packrafts.  Conmovedoras son también las entrevistas a Indios que nos cuentan como era la vida en el pasado en esa zona mientras tratan de explicarnos el significado de la palabra hogar.

Un documento impecable y emocionante para todos los que amamos la Naturaleza, eso sí,  "obligatorio" ver en una gran pantalla.



Disfruten, nos vemos ahí fuera ...

Explorando Vallecito Creek, CO. Por Big Wheel Building

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Regresamos a Estados Unidos, más concretamente al Estado donde Alpackraft y Kokopelli fabrican sus packrafts, Colorado. Mike Curiak de Big Wheel Building nos tiene bien acostumbrados a magníficos reportajes con espectaculares fotos y vídeos. Y este no es la excepción.

Vallecito Creek, CO. Imagen extraida del blog Big Whell Building
Mike junto con sus amigos Jeff Creamer, Thor Tingey consigue realizar, por fin, una viejo plan que le rondaba por la cabeza desde hacía años, el descenso de Vallecito Creek, un río no apto para principiantes, de Clase V en algunos puntos, con gran volumen de agua.



Disfruten....

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